martes, 31 de marzo de 2020

REFLEXIÓN



Releo el libro A Este Lado del Paraíso de F.Scott Fitzgerald donde encuentro un diálogo que me ha hecho pensar, el cual unido a otras frases de José Múgica dan para una profunda reflexión. Seguramente por la mente de otras muchas personas han pasado las mismas o similares ideas; yo expongo las mías.

El diálogo se desarrolla entre el protagonista Amory y monseñor Darcy en el momento en el que Amory decide irse:

-No te duela marcharte. Entre gente como nosotros-dijo monseñor-nuestro puesto está precisamente donde no estamos.
-Qué lástima…
-Nada de lástima. No hay en el mundo persona imprescindible para tí o para mí.

¿Estamos nosotros donde tenemos que estar o por el contrario actuamos de la misma forma que monseñor?

En estos momentos hay muchas personas que están donde tienen que estar, en casa, en el hospital, en los servicios más básicos como alimentación, farmacia, agricultura, ganadería, en la carretera, haciendo un trabajo para todos (social)…Pero, ¿quiénes son estas personas que cumplen a veces muy por encima  de lo que es su obligación? Los súbditos, el pueblo por decirlo de alguna forma. En ese sentido, el pueblo está actuando conforme a lo que expresa José Múgica, “debemos apechugar socialmente entre todos.” “Los problemas de otras partes también son nuestros problemas”. Se trata de una conciencia social, solidaria, que no está mirando el dinero, el beneficio económico.

Frente al pueblo responsable hay ciertas élites decepcionantes; hay egoísmos económicos, competencias entre países y facciones políticas, secretismo para ver quién será el primero en sacar una vacuna y registrar la patente, silencios alarmantes... Hay desprecio hacia la vida de un sector de la población mundial, como si la vida de uno valiera más que la de otro. Por supuesto que para ciertas mentalidades únicamente cuenta el dinero y no la vida. Dice José Múgica: “No sé para qué mierda hay un puñado de viejos que siguen queriendo más y más plata. ¿Por qué no dejan de joder? Si se van a morir como cualquier hijo de vecino”.” El dios mercado es la religión fanática de nuestra época”.

¿Se pueden sacar conclusiones? Para mí están bien claras, “el pueblo lleva a cuestas la cruz”
Pensar en el poder del dinero, de la política y de la Iglesia en el mundo en que vivimos y recordar aquellos versos de Quevedo que pueden servirnos para extrapolar:

“En Navarra y Aragón
no hay quien tribute un real;
Cataluña y Portugal
son de la misma opinión;
sólo Castilla y León
y el noble pueblo andaluz
Llevan a cuestas la cruz.”

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