Releo el libro A Este Lado del Paraíso de F.Scott
Fitzgerald donde encuentro un diálogo que me ha hecho pensar, el cual unido a
otras frases de José Múgica dan para una profunda reflexión. Seguramente por la
mente de otras muchas personas han pasado las mismas o similares ideas; yo
expongo las mías.
El diálogo se desarrolla entre el
protagonista Amory y monseñor Darcy en el momento en el que Amory decide irse:
-No te duela marcharte. Entre gente como nosotros-dijo monseñor-nuestro
puesto está precisamente donde no estamos.
-Qué lástima…
-Nada de lástima. No hay en el mundo persona imprescindible para tí o
para mí.
¿Estamos nosotros donde tenemos
que estar o por el contrario actuamos de la misma forma que monseñor?
En estos momentos hay muchas
personas que están donde tienen que estar, en casa, en el hospital, en los
servicios más básicos como alimentación, farmacia, agricultura, ganadería, en
la carretera, haciendo un trabajo para todos (social)…Pero, ¿quiénes son estas
personas que cumplen a veces muy por encima
de lo que es su obligación? Los
súbditos, el pueblo por decirlo
de alguna forma. En ese sentido, el pueblo
está actuando conforme a lo que expresa José Múgica, “debemos apechugar socialmente entre todos.” “Los problemas de otras
partes también son nuestros problemas”. Se trata de una conciencia social,
solidaria, que no está mirando el dinero, el beneficio económico.
Frente al pueblo responsable hay
ciertas élites decepcionantes; hay egoísmos económicos, competencias entre
países y facciones políticas, secretismo para ver quién será el primero en sacar
una vacuna y registrar la patente, silencios alarmantes... Hay desprecio hacia
la vida de un sector de la población mundial, como si la vida de uno valiera
más que la de otro. Por supuesto que para ciertas mentalidades únicamente
cuenta el dinero y no la vida. Dice José Múgica: “No sé para qué mierda hay un puñado de viejos que siguen queriendo más
y más plata. ¿Por qué no dejan de joder? Si se van a morir como cualquier hijo
de vecino”.” El dios mercado es la religión fanática de nuestra época”.
¿Se pueden sacar conclusiones?
Para mí están bien claras, “el pueblo
lleva a cuestas la cruz”
Pensar en el poder del dinero, de
la política y de la Iglesia en el mundo en que vivimos y recordar aquellos
versos de Quevedo que pueden servirnos para extrapolar:
“En Navarra y Aragón
no hay quien tribute un real;
Cataluña y Portugal
son de la misma opinión;
sólo Castilla y León
y el noble pueblo andaluz
Llevan a cuestas la cruz.”
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