30- marzo-2013
A finales de marzo del 2013 se
sucedían jornadas inestables. Tan pronto llovía como calentaba el sol. Los
caminos seguían encharcados, las
praderías agradecían las abundantes lluvias seguidas de sol, los arroyos
continuaban desmelenados y el Alagón no había perdido una brizna de caudal
desde que creciera en fechas previas. Rugía en los Callejones y era grave
bramido en el encajamiento de las
Huertitas.
La tarde del día treinta parecía
dar un respiro que aprovechaba el grupo para hacer la Ruta de los Lagares
Rupestres. Coincidía con Sábado Santo. Los hornazos de Semana Santa serían el
mejor acuerdo para la merienda proyectada en la mesa de Majallana. Así fue.
Al vencer lo más duro del
trayecto, una gran nube oscura se establecía sobre nosotros sin que de momento
descargara. Eso sí, desde lo alto observamos la cortina de agua que al fondo
dejaba intensa lluvia sobre parte de la Sierra de Francia.
Tras el momento de incertidumbre
se preparó la mesa con las diferentes viandas y como no podía ser de otra
manera merendamos hornazo bien surtido,
tortilla y como postre sacatrapos.
En el Muñiquero lucía débil sol
que al paso por los Pajares pronto se apagaba. Ya en la Cruz del Monte la luz
mermaba y sobre el cordal de la Peña los últimos rayos se ocultaban.
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