Decía Don Ángel Cabo que “en primavera y otoño lo más
característico es el tiempo borrascoso, variable y lluvioso…Si las borrascas
afectan a toda la Península, en el interior de ésta se suceden las variaciones
que acompañan a las ondulaciones que se dibujan en el frente: al paso del
frente anterior y posterior se producen las lluvias; van precedidas y seguidas
de cielo claro, fresco o cálido según se corresponda con la penetración del
aire septentrional o meridional”
Las fotos del día 22 de marzo de
2016 nos ilustran al respecto. Fuimos previsores en nuestra primera salida de
campo, bien equipados por si venía algún chubasco como parecían augurar el
cielo nublado y las nubes que iban levantándose sobre el serpenteo del Alagón.
Desde el Corral del Prado Concejo vimos
perfectamente el paisaje con el pueblo al fondo aunque el sol fuera un poco
tacaño. Merodeamos por Valmedroso y Prado Concejo, tuvimos ráfagas de buen sol
pero cuando el gran bolo aparecía
iluminado con aquella hermosa luz que nunca había contemplado y tras él surgía un cielo de
oscura negra tormenta iniciamos a la velocidad del rayo el retorno a casa.
Ya en casa la espectacular
tormenta asustó a quienes, ajenos a esta tierra, aquello les parecía el fin del
mundo. Los aquí nacidos hemos visto muchas veces el cauce desbordado y sin
ninguna incidencia.
La lluvia amainaba, salía el sol,
se nublaba, chubasco... Algo había que hacer durante el resto de la tarde. Un nuevo itinerario nos
llevó a contemplar lagares rupestres, preciosas caídas de agua y un hermoso
atardecer.
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