miércoles, 24 de julio de 2024

DE ESTAS TIERRAS

 

NOTAS DEL AUTOR.

¡Bienvenido, lector!

Te presentamos un conjunto de artículos acerca de paisajes, rutas y tradiciones en los que San Esteban de la Sierra tiene  especial protagonismo. Ello  no es óbice para que otros lugares de la Sierra de Francia o cuenca hidrográfica del Alagón salmantino se sientan aludidos, sobre todo, en paisaje natural, intervención humana sobre el territorio y ciertas costumbres.

Es una obra con visión muy subjetiva, vivencial y emocional sobre un espacio hollado en cientos de ocasiones, unas tradiciones vividas y una gastronomía preferencial. Por tanto, no se trata de un estudio exhaustivo ni riguroso sobre los diferentes temas. No hay pretensión científica alguna ni tampoco búsqueda de un hilo conductor que te lleve de principio a fin. Puedes iniciar el libro por el artículo que desees ya que cada uno  es independiente, sin orden establecido; más bien, con la anarquía propia de quien escribe puntualmente ante una circunstancia emotiva y no tiene dedicación literaria. Hay, eso sí, un conocimiento de paisaje pasado y presente, vida y tradición que, de alguna forma, se pretende plasmar con sencillez; en la mayor parte de los casos, acompañando imágenes que te puedan ilustrar.

En los diferentes artículos, además de la experiencia personal, hay importante información  de procedencia familiar a la par que un inspirador hálito externo y colaboración de amistades,  fundamental en ocasiones. Es como la musa del poeta.

En el primer  capítulo  se ofrece una visión personal sobre el concepto de paisaje; a continuación, una corta descripción de los municipios de San Esteban y Valero,  de paisajes  con historia, un itinerario fluvial, peculiares rincones que han dejado huella y, una valoración elogiosa de la gran obra humana en el ámbito serrano.

El segundo capítulo describe varias rutas. Excepto dos, son itinerarios cercanos a San Esteban. El territorio de la Huanfría significó para el autor su primer contacto con la naturaleza. Otros itinerarios, además de deporte y descubrimiento, han servido como verdadera terapia. La Ruta de los Lagares Rupestres es su gran aportación, tanto por la investigación de  lagaretas y diseño del itinerario, como por desvelar y recrear bellos recursos olvidados.    

En cuanto al capítulo de tradiciones, se ha querido dejar constancia de   prácticas ya olvidadas  y otras, como las festivas y gastronómicas, que siguen vivas.

Apreciarás lector que hay reiteración de ideas y expresiones, cierto pesar y crítica en varios artículos. Es la percepción del autor, con la que podrás estar o no de acuerdo; es la visión de una persona que siente esta tierra, le duele el abandono, el deterioro y la escasa valoración histórica de hombre y territorio.

Estaría muy satisfecho si a vosotros, oriundos serranos, al leer estos artículos, os  sirviera para  recordar o vivir la tierra y sus tradiciones, en definitiva,  sentir el medio próximo en el que hemos nacido y vivido.

 Me encantaría, por otro lado que, para los ajenos a estos pagos, fuera una forma de conocernos mejor, valorar y disfrutar el rico patrimonio que nos rodea,  cultura secular, acervo  de todos.  



martes, 4 de junio de 2024

DOLMEN DE LÁCARA

 DOLMEN DE LÁCARA.

Hemos pasado Nava de Santiago, camino de Aljucén. En la carretera, un indicador anuncia el dolmen de Lácara; al lado, hay  pequeño aparcamiento.

Un desconocido, nos dice que, desde allí al dolmen, hay 800-1000 metros, quizás algo más. Emprendemos ruta por amplia vía entre el verde y llamativo paisaje de la dehesa, siempre  delicioso  ver y caminar por él. En algún tramo, las aguas han deteriorado el camino y, las hierbas, se apoderan de los bordes.

Tras verde vaguada y  pequeña subida, allí está el dolmen de Lácara,  considerado el mayor  de Extremadura. Una joya sobre la que no podíamos imaginar su magnitud  y aún menos sus características.

Desde un lateral y, junto a panel informativo, contemplamos lo que queda del túmulo que, en sus orígenes, cubriría toda la estructura de piedra. Leemos que el eje mayor de su planta elíptica mide 35 metros y 28 el eje menor, estableciéndose su altura entre 6 y 7 metros. Otras informaciones, hablan de que el túmulo tendría carácter simbólico, se oficiarían ritos, indicaría prestigio y dominio del territorio.

Continuamos hasta la entrada del dolmen donde, otro panel, nos da más detalles acerca de la construcción. Informa sobre el vestíbulo de 6,20 metros de largo, sobre el corredor con bajo techo de 9,15 y sobre la cámara funeraria que oscila entre 4,5 y 5 metros de diámetro y, más de 4 de altura. Sería tumba colectiva y utilizada, según leemos, entre el Neolítico medio y finales del Calcolítico, aproximadamente un milenio. Posteriormente fue lugar habitado, expoliado, como tantos yacimientos arqueológicos e, incluso, dinamitado…

Después de la información recibida y primeras apreciaciones, es obligado recrearse en la observación de tan estupenda obra y hacerse mil preguntas sobre la ejecución, vida y creencias del hombre que habitó este territorio hace cinco mil años. Sin duda, una creación colosal, colectiva y de poderoso ingenio.

 Y por si acaso, el megalitismo, no es suficiente para satisfacer nuestras ansias de conocimiento y disfrute, ahí está un bellísimo paisaje adehesado que, para mayor deleite de los sentidos, tenemos a nuestro alrededor.



Túmulo



Vestíbulo



Corredor



Cámara funeraria y corredor



Corredor cubierto.


domingo, 5 de mayo de 2024

DIFERENTES FACIES DE UN MISMO MONOLITO

Naturaleza sorprendente.

Al contemplar la primera de las imágenes, difícilmente podríais pensar que todas las que mostramos a continuación, se corresponden con el mismo megalito, la gran piedra.


   












jueves, 15 de febrero de 2024

UN PAISAJE...

 


¿Cuántas veces habéis visitado el mismo lugar, cuántas habéis apreciado sus diferentes facies, cuántas sensaciones, emociones, sentimientos? ¿Habéis contemplado sus cambios con las estaciones, con los estados de tiempo, con vuestros propios estados anímicos, con la luz y las distintas horas del día, con cada uno de los cambiantes ingredientes del paisaje?

Si habéis reiterado idas y venidas al mismo sitio, seguramente guardáis  en vuestro interior imágenes y sensaciones diversas; quizás emociones inefables que el paisaje natural o humanizado transmite, un cúmulo de vivencias personales que fluyen in mente aunque el lugar no lo tengáis cerca.

¿Si en algún momento habéis visitado este lugar que os muestro, os ha sorprendido, os han hablado las piedras, ha dejado en vosotros alguna huella?

¿No admiráis ora un ingrávido coloso pétreo, ora un enorme menhir natural, ora un prehistórico bifaz, ora gigante amenazado por  cielo de tormenta, ora la luz, la flor y perfume de primavera, ora un mágico lugar, escenario de leyendas, ora abigarrado y melancólico paisaje otoñal, ora la luna sobre la piedra, ora el deforme rostro de un guerrero, ora un hermoso cuadro, ora vaticinadores destellos crepusculares, ora un remanso de silencio y paz…; siempre…, un aura de belleza?