Entre las muchas excursiones que
sin demasiada dificultad es posible
realizar en el Valle de Benasque, la que surge al final de la carretera en el Plan de Están, se dirige
hacia el Forau, pasando posteriormente por la cascada y el Plan de Aiguallut
para llegar al ibón de Barrancs, ofrece infinidad de atractivos al senderista.
No es exigente en kilómetros ni
tampoco en desnivel lo que permite caminar y observar a cada paso la riqueza
geomorfológica, la variedad botánica, la abundancia de agua y el relicto
glaciarismo de los Montes Malditos donde destacan el Aneto, Maladeta
y Pico de las Tormentas, entre
otros.
Al inicio podemos ver el intermitente
río Esera alimentado solamente de parte del agua de la cara norte del Macizo de las Maladetas ya que
en gran medida desaparecen en el Forau de Aiguallut para tras varios
kilómetros de río subterráneo alumbrar
en el Valle de Arán en el Güels de Joeu, Ojos del Diablo, y tributar al río
Garona. El Forau es una dolina-sumidero propia de zonas calcáreas que contrasta
con la litología dominante en este conjunto montañoso de roca granítica. Si
espectacular es el socavón donde desaparecen las aguas, la visita de la
surgencia Kárstica en el vecino valle de Arán es un grandioso prodigio de la
naturaleza. Estamos ante aguas que por un capricho de la naturaleza fluyen
hacia el Atlántico en lugar de hacia el Mediterráneo que le correspondería por
las condiciones orográficas.
La cascada y el Plan de Aiguallut
son atractivo espacio donde disfrutar de aguas, praderías y vistas de las altas
cumbres antes de iniciar el ascenso al lago de Barrancs, trayecto más exigente
que el realizado y que colmará de
satisfacción al contemplar la impresionante cubeta glaciar.
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