A veces conviene desviarse del
camino trazado, del que todo el mundo sigue y, adentrarse en la virginal naturaleza o aquella que el hombre hace
tiempo abandonó, redescubrir las viejas trochas que cubren las hojas, tocar el henchido
musgo que tapiza las rocas y el añoso tronco que muestra las huellas del fuego.
Ver cómo crece el rusco entre la hojarasca vestido de gala, cómo el mullido
musgo acoge al liquen, cómo el cuchillo pétreo sirve de posadero al buitre. Oler
el indescriptible umbroso bosque y respirar profundo el límpido aire. Escuchar
los sonidos de la naturaleza en el silencio de la humana voz y disfrutar de la
paz que el paisaje inspira.
¡QUÉ SENCILLO Y QUÉ PLACENTERO!
Desde Casa Rural Fuentes de Abajo
te descubrimos ignotos paisajes de nuestra tierra. ¿Nos acompañas?
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