El controvertido tema de las
pilas, lagares, lagaretas, estrujones, exprimijos..., sobre el que últimamente han aparecido artículos en la prensa salmantina, nos lleva a
reflexionar sobre el mismo sin hacer demasiadas precisiones que quedarán para
otro momento.
No pretendemos hablar “ex cátedra”
ni desechar ciertas teorías sobre los usos que puntualmente pudieron llevarse a
cabo.
El término lagar se utiliza indiferentemente para el sitio donde se prensa
uva, aceituna o manzana coincidiendo en ocasiones más de un uso. El término rupestre está relacionado con roca, del latín rupes. Cuando se dice lagar
rupestre es por estar excavado en la roca no por referirse a una cronología
concreta que tal como algunos escribieron asocian a las prehistóricas pinturas
de hace varios miles de años, de la
misma forma que atribuían la introducción del vino en la Península Ibérica al cristianismo. ¡Craso error!
Desde Homero, pasando por la Biblia,
se habla de los lagares para el primer proceso en la elaboración del vino: “tenía
mi amado una viña en un fértil recuesto e hizo en ella un lagar”, Isaías.
Estamos en el siglo VIII a.d.C. Esta cultura, la que nosotros denominamos
CULTURA DE LOS LAGARES RUPESTRES, se halla extendida por numerosos países del
mediterráneo y las formas de aquellos dedicados al vino apenas difieren desde
Malta, Italia, España o Portugal...
“Es
como predicar en el desierto” decía una de las arqueólogas de la
Universidad de Valencia ante aquella publicación que pretendía ser científica y
que consideraba las diferentes excavaciones en la roca, llámense pilas o
lagares…, lugares de sacrificio o sagrados. Tal vez en algún altar prehistórico
pudo tener tal fin pero no puede generalizarse al gran volumen de excavaciones
del territorio que pisamos. No le faltaba razón a dicha arqueóloga para tal
razonamiento ya que en las excavaciones realizadas por el equipo de su
Universidad se hallaron las pepitas de uva carbonizadas y setenta ánforas con
capacidad para más de cuatro mil litros al margen de otros indicadores.
Decir que los lagares dispersos
por el campo que nosotros estudiamos han sido almazaras, parece un tanto descabellado. En casos muy puntuales
pudieron servir para ello, no de forma habitual. Hacer el aceite a saco,
machacando la aceituna, con pésimo rendimiento, ya se recoge en el Marqués de
la Ensenada. Generalmente las pilas oleicas u olearias, abundantes en época
romana, difieren de los lagares a los que nos referimos y en ellas aparecen los
cilindros de machacado o contrapesos de
prensado. Por otro lado, el mayor número de los lagares estudiados se hallan
fuera del límite térmico del olivo.
Decir que los lagares han sido abrevaderos o silos no parece la teoría
más acertada. ¡Que ímprobo trabajo realizar dos recipientes, uno de ellos con
pendiente, para acumular el agua en el otro! Todo el mundo sabe que perdida la
función de uso, muchos se destruyeron, otros se colmataron de forma natural o
acumulando sarmientos, ramajes y piedras que el hombre arrojaba. Los que quedaron ligeramente elevados y los no
aterrados si es cierto que pueden haber servido de pesebre o abrevadero pero
lejos de la labor inicial para la que fueron creados.
¿Qué podemos decir cuando
especialistas de Italia y Portugal vieron todavía realizar vino en estas
excavaciones rupestres en los años sesenta del pasado siglo?
Lagar de doble recipiente. San Esteban de la Sierra
Lagar de única cavidad y roca exenta. San Esteban de la Sierra.
Lagar de única cavidad y roca exenta. Calabria, Italia.Gentileza de Orlando Sculli.
Lagar de triple seno. San Esteban de la Sierra.
Lagar de doble recipiente. Calabria, Italia. Gentileza de Orlando Sculli.
Lagar de doble concavidad. San Esteban de la Sierra.
Lagar de doble cavidad y anclaje de prensa. San Esteban de la Sierra.
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