martes, 9 de febrero de 2016

ACERCA DE LOS LAGARES RUPESTRES


El controvertido tema de las pilas, lagares, lagaretas, estrujones, exprimijos..., sobre el que  últimamente han aparecido  artículos en la prensa salmantina, nos lleva a reflexionar sobre el mismo sin hacer demasiadas precisiones que quedarán para otro momento.

No pretendemos hablar “ex cátedra” ni desechar ciertas teorías sobre los usos que puntualmente pudieron llevarse a cabo.

El término lagar se utiliza indiferentemente para el sitio donde se prensa uva, aceituna o manzana coincidiendo en ocasiones más de un uso. El término rupestre está relacionado con  roca, del latín rupes. Cuando se dice lagar rupestre es por estar excavado en la roca no por referirse a una cronología concreta que tal como algunos escribieron asocian a las prehistóricas pinturas de hace varios miles de años,  de la misma forma que atribuían la introducción del vino en la Península Ibérica al cristianismo. ¡Craso error!

Desde Homero, pasando por la Biblia, se habla de los lagares para el primer proceso en la elaboración del vino: “tenía mi amado una viña en un fértil recuesto e hizo en ella un lagar”, Isaías. Estamos en el siglo VIII a.d.C. Esta cultura, la que nosotros denominamos CULTURA DE LOS LAGARES RUPESTRES, se halla extendida por numerosos países del mediterráneo y las formas de aquellos dedicados al vino apenas difieren desde Malta, Italia, España o Portugal...

 “Es como predicar en el desierto” decía una de las arqueólogas de la Universidad de Valencia ante aquella publicación que pretendía ser científica y que consideraba las diferentes excavaciones en la roca, llámense pilas o lagares…, lugares de sacrificio o sagrados. Tal vez en algún altar prehistórico pudo tener tal fin pero no puede generalizarse al gran volumen de excavaciones del territorio que pisamos. No le faltaba razón a dicha arqueóloga para tal razonamiento ya que en las excavaciones realizadas por el equipo de su Universidad se hallaron las pepitas de uva carbonizadas y setenta ánforas con capacidad para más de cuatro mil litros al margen de otros indicadores.

Decir que los lagares dispersos por el campo que nosotros estudiamos han sido almazaras, parece un tanto descabellado. En casos muy puntuales pudieron servir para ello, no de forma habitual. Hacer el aceite a saco, machacando la aceituna, con pésimo rendimiento, ya se recoge en el Marqués de la Ensenada. Generalmente las pilas oleicas u olearias, abundantes en época romana, difieren de los lagares a los que nos referimos y en ellas aparecen los cilindros de machacado o  contrapesos de prensado. Por otro lado, el mayor número de los lagares estudiados se hallan fuera del límite térmico del olivo.

Decir que los lagares han sido abrevaderos o silos no parece la teoría más acertada. ¡Que ímprobo trabajo realizar dos recipientes, uno de ellos con pendiente, para acumular el agua en el otro! Todo el mundo sabe que perdida la función de uso, muchos se destruyeron, otros se colmataron de forma natural o acumulando sarmientos, ramajes y piedras que el hombre arrojaba. Los  que quedaron ligeramente elevados y los no aterrados si es cierto que pueden haber servido de pesebre o abrevadero pero lejos de la labor inicial para la que fueron creados.

¿Qué podemos decir cuando especialistas de Italia y Portugal vieron todavía realizar vino en estas excavaciones rupestres en los años sesenta del pasado siglo?
Lagar de doble recipiente. San Esteban de la Sierra

Lagar de única cavidad y roca exenta. San Esteban de la Sierra.

Lagar de única cavidad y roca exenta. Calabria, Italia.Gentileza de Orlando Sculli.

Lagar de triple seno. San Esteban de la Sierra.

Lagar de doble recipiente. Calabria, Italia. Gentileza de Orlando Sculli.

Lagar de doble concavidad. San Esteban de la Sierra.




Lagar de doble cavidad y anclaje de prensa. San Esteban de la Sierra.

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