Y llegaron los días de otoño, de
luz menguada y noches crecidas, de fin de fiestas y vendimia, de mosto en
lagareta y olor fermentado en cada esquina. Y llegó el equinoccio
que equipara las noches y los días, crecen las sombras, las hojas
palpitan.
Y llegaron los días de otoño de colores
fantasía, rojos, amarillos, ocres, azules celestes, nubes de tormenta, nubes de
cristal, nieblas que fluyen, finas
lloviznas. Días de húmedos verdes de perennes madroños, laureles y encinas, ora tranquilo
tapiz, ora azote de vientos que las ramas rechinan.
Y llegaron los días de otoño de
tardes plácidas, lectura sosegada, paseos por sendas que crepitan, miradas hacia
la gris montaña, esperas de atardecer, imposible retener el arrebol, imposible detener
la vida que declina.
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