lunes, 28 de mayo de 2018

CANCHO


Hiende sus hondas, firmes, corneanas  raíces bajo las aguas remansadas de Pesquera, Charco Molino,  Nogal, las Vaderas, Becerril…; se yergue irregular sobre el Arroyo divisorio entre ígneo y metamórfico territorio que  extiende su dura corteza hasta el regato Valdecabras,  límite  municipal  que no mojón litológico. Muestra la pétrea  ferruginosa naturaleza desnuda en los escarpes de la Cuesta, en el espolón de la Cruz al río, en pedrizas de Matacalvarra, en los vertiginosos saltos de Valdecabras... Cancho montaña escabrosa de llanos carente, de redondeadas formas   cuando alcanza la cima cual curvas de vigorosa nodriza.

Cancho montaña oscura de pizarra, encina, alcornoque y  jara;  festín de colores de brezos, espinos, cantuesos, retamas…, de níveo  atuendo cuando florece la jara; de roja, ocre y amarilla veste en otoño dorado.

Cálidas tierras de ocres colores, solar de vieja cultura, de obras seculares, de suelo retenido en paredones que reptan ladera arriba desde las verdes Vaderas ribereñas hasta las elevadas concavidades de orientación mediodía del norte protegidas.

Cancho de vides, frutales y olivas,  desde el origen del hombre sustento; Cancho de matorral, del caprino secular alimento.

 Caminos de la Prehistoria, sendas de labriegos y trajinantes en el olvido…;  sendas hoy del cazador y el turismo.

Cancho de tupido vestido, de nubes bajas y  vaporosas neblinas, de cambiante faz y seductor semblante. 













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