sábado, 20 de enero de 2018



TIRIÑUELO, MÁS QUE UN MONTE, MÁS QUE UN BALCÓN SERRANO, MÁS QUE UN VINO…

El Tiriñuelo junto con Cancho, Castañar y Riscos de los Pajares son los emblemáticos montes que se elevan sobre la gran hondonada en la que se ubica San Esteban de la Sierra, esa “sierra más profunda que elevada” como describiera Jesús García  Fernández a las tierras que surca y dilacera el río Alagón en la Sierra de Francia.

Decimos que el Tiriñuelo es más que un monte…, así es… Si nos acercamos al mundo de la toponimia y leemos a Don Antonio Llorente Maldonado de Guevara, gran profesor y gran persona, entendemos mejor la significación del término. En una conferencia ofrecida en Guijuelo decía así: “En Aldeavieja, Pizarral y Salvatierra encontramos el topónimo menor El Teriñuelo, en el término de La Tala, El Tiriñuelo, en Pedrosillo, Los Turuñuelos. Todos estos topónimos designan montículos, mogotes, cerrillos más o menos cónicos, que con mucha frecuencia no son otra cosa que dólmenes recubiertos de tierra o restos de un antiguo dolmen expoliado, como sabemos gracias al profesor Maluquer de Motes[50]. Precisamente en El Teriñuelo de Aldeavieja el P. César Morán encontró y excavó un dolmen, y en El Teriñuelo de Salvatierra había un dolmen que desapareció cuando se construyó la carretera de Peñaranda”.

Sabemos que el P. César Morán cuando visitó San Esteban de la Sierra  intuyó la presencia de un dolmen en el Tiriñuelo, intuición que resultó fallida bien porque fuera destruido con anterioridad y sus piedras arrastradas hacia otras construcciones o porque tal vez no existió y se le dio el nombre por la forma del monte. Lo sorprendente es que dicho topónimo, expresado como Tiriñuelo, Teruñuelo, Turuñuelo, Terruñuelo, Turruñuelo, Toriñuelo en la geografía española y Turumel en  Bretaña suele asociarse a yacimiento arqueológico, tesoro, túmulo, dolmen y asentamiento humano además de  cerro.

Entre los numerosos puntos del territorio peninsular donde el topónimo aparece asociado a la arqueología, yacimientos o megalitismo, destacamos el Turuñuelo de Guareña en Badajoz, importantísimo yacimiento tartésico con túmulo superior a la hectárea y que sus habitantes sellaron en el siglo V a. C., el Turuñuelo de Jaén, un oppidum ibérico, el dolmen del Tiriñuelo de Aldeavieja de Tormes, el  dolmen de la Granja del Toriñuelo en Jerez de los Caballeros,  etc.

Por cuanto antecede, decimos que es también más que un balcón serrano aunque hay que reconocer que pocas perspectivas tan bellas sobre el profundo San Esteban como las que se logran desde el piramidal pico. En tiempos de holganza y cuando los caminos eran accesibles, cuántas veces hemos tomado el Atajo, cruzado la carretera y ascendido hasta la cima para recrear la vista en río, pueblo y montañas nevadas de la Sierra de Béjar.




El Tiriñuelo es más que un vino; da nombre al vino de la Cooperativa de San Esteban, denominación acertada aunque los bien orientados viñedos que cubrían las laderas del monte hayan desaparecido ante la escabrosidad del terreno, la emigración y dificultad de mecanización.

Desde la ubicación de San Esteban de la Sierra es difícil sustraerse al encanto que este pico de piramidal fisonomía nos proporciona cada uno de los días de las estaciones del año. Todavía se perciben algunos bancales cultivados, vestigio de lo que fue un jardín de paredones que arrancaban junto al río y ascendía hasta la cumbre repleto de vides, olivos, frutales y algún disperso castaño.


Encinas, alcornoques, almeces, cornicabras, madroños, poco a poco han invadido el solar de cultivo ofreciendo imagen de retorno a lo que debió ser el bosque primigenio.


¡En qué poco tiempo el dulce semblante de la montaña antrópica,  recordada con plateado envés de olivo invernal,  amarillo jaramago de primavera, verde viñedo de verano y  rojo-amarillo otoñal…, se ha transformado en naturaleza bravía, dominio del bosque y el matorral  donde medran voraces jabalíes y ágiles corzos!










No hay comentarios:

Publicar un comentario