Hace décadas, cuando nuestros ríos y arroyos discurrían impolutos y las márgenes no eran el amasijo vegetal emponzoñado de la actualidad, era frecuente ver la gran riqueza tanto de fauna acuática como de la avifauna próxima a las aguas.
En estos momentos, poder contemplar el Martín Pescador posado sobre las ramas, zambullirse u observar su vuelo ágil y raso a poca distancia de las aguas es un regalo de la Naturaleza que bien merece pasar las horas en la mayor quietud y silencio para disfrutar de instantes únicos.
¡Increíbles imágenes! Gracias por compartirlas. Un saludo.
ResponderEliminar¡Increíbles imágenes! Gracias por compartirlas. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracia Gemma.Un saludo.
ResponderEliminar