Con el nombre de marzás se conocen
por estas tierras los cambios repentinos de tiempo, cuando tan pronto llueve
como calienta el sol, se forman tormentas, soplan los vientos…; es decir, el
típico tiempo primaveral en el que se suceden las borrascas.
Las tormentas de las pasadas
jornadas nos han dejado 33 litros por metro cuadrado, espectaculares cielos,
aumento del caudal de los arroyos e interesantes imágenes de nuestros campos y
pueblo antes, durante y después de las lluvias.
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