CAMILO JOSÉ CELA: JUDÍOS, MOROS Y CRISTIANOS.
Releyendo el libro Judíos, moros y cristianos me sorprende,
como la primera vez, el capítulo en el que el vagabundo recorre la Andalucía de
Ávila y recala en Candeleda, el hermoso pueblo del sur de Gredos del que Don Camilo da numerosos detalles de
cultivos, plantas, fauna, tradiciones… Tras citar la canción “Si vas a Candeleda, vuélvete al Hoyo, que
los candeledanos, son el demonio”, escribe Cela: “Los candeledanos no son
el demonio. Al vagabundo en Candeleda le dieron de comer y beber. Candeleda
tiene de todo; es como el Arca de Noé de los tres reinos de la naturaleza, a
saber: el animal, el vegetal y el mineral”…
Cuando el vagabundo se refiere a
la Virgen de Chilla dice así: “La Virgen de Chilla, en cierto modo, podría
entenderse como la patrona de las malmaridadas; hay algunos que, a la
malmaridada se conforman con decirle casada infiel. La Virgen de Chilla, en más
abierto y liberal sentir, también puede tomarse por patrona de los enamorados”.
A continuación aparece la popular
canción Al olivo, al olivo…, tan
conocida por estas tierras serranas que tal vez algún juglar, ciego o coplero
trajo a San Esteban, como a otros muchos lugares de España. En San Esteban la
versificación es mayor que la que cita Cela y no sabemos si el toque musical es
el mismo que en Candeleda:
“Al olivo, al olivo,
Al olivo subí.
Por cortar una rama,
Del olivo caí.
Del olivo caí,
¿Quién me levantará?
Esa gachí morena
Que la mano me da.
Que la mano me da,
Que la mano me dio,
Esa gachí morena,
Es la que quiero yo”.
Hasta aquí la cita de Don Camilo
y seguidamente versos de San Esteban:
-Es la que quiero yo, es la que
he de querer, esa gachí morena, ha de ser mi mujer. Ha de ser mi mujer, más
bonita que el sol, esa gachí morena, es la que quiero yo…
Y Don Camilo, con su peculiar
sentir y decir continúa: “-Santísima Virgen de Chilla, detén la cabritera del
marido de esta gachí morena que la mano me dio. Amén ¡Ay Catalina, en qué
charcas me metes! ¡Ay Catalina, qué buena estás! ¡Ay Catalina, quien te
pillara! ¡Ay, Catalina, en el Naranjal!”
Cela recoge también la canción de
Catalina, Catalina… muy conocida en
los cancioneros populares y que en San Esteban se canta con asiduidad con
cambios y más verso que en la cita de Cela:
“Catalina, Catalina,
Catalina, la torera,
La visten de señorita,
Los mozos de la Ribera,
Los mozos de la Ribera
También los de Alejandría,
Y a verte vengo de noche,
Porque no puedo de día.
Porque no puedo de día,
Que me voy a mi trabajo,
Los amores se te quedan,
En la ventana de abajo.
En la ventana de abajo,
En la ventana de arriba,
Quédate con Dios Paloma,
Que me voy para Melilla.
Que me voy para Melilla,
Con el moro a pelear,
Quédate con Dios Paloma,
Paloma del palomar.”
Esta es la letra recogida por
Cela en Candeleda. A continuación la canción tal como se canta en San Esteban
de la Sierra:
Catalina, Catalina, Catalina
la torera, la
visten de señorita los mozos de la ribera. Los mozos de la ribera, mocitos
de Alejandría, a verte vengo de noche, porque no puedo de día. Porque no puedo de día, que me
voy a los trabajos. Tú
te quedarás llorando, y a la ventana de abajo. Y a la ventana de abajo, y a la
ventana de arriba, tú
te quedarás llorando, yo me voy para Melilla. Yo me voy para Melilla, y a
pelear con los moros, no llores prenda querida, no llores que yo no lloro. A pelear
con los moros y
también con los paisanos, cuando traiga la licencia, niña me has de dar la mano. Niña me
has de dar la mano, y no me has de conocer, cuando traiga la licencia de
Teniente Coronel. De
Teniente Coronel y también de Capitán, cuando traiga la licencia, contigo
me he de casar. Contigo
me he de casar, la de los ojos azules, contigo me he de casar, si a los
cielos no te subes. Si a los cielos no te subes y a la tierra no te
bajas, contigo
me he casar, si
no me das calabazas.
Si Don Camilo hubiera conocido nuestra
tierra, seguro que hubiera cantado sus lindezas con la misma ágil e informada
pluma que describe la Andalucía de Ávila.
¡Es una lástima que autores de prestigio no hayan dejado en letra impresa la
belleza de nuestros paisajes y tradiciones! Y es que nunca debió ser éste un
territorio al uso de los viajeros como tampoco lo es en el momento actual a
pesar de la riqueza que entraña, bien reconocida por aquellos que
circunstancialmente nos visitan.
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