TURISMO RURAL SALAMANCA:
SAN ESTEBAN DE LA SIERRA, RECLAMO TURÍSTICO
No son muchos los turistas que van hacia lo desconocido o hacia lugares que no poseen una figura de protección paisajística, urbana o cultural. Contrariamente, los núcleos declarados Conjuntos Históricos y enclavados en un Parque Natural se encuentran en situación privilegiada respecto a los de su entorno en lo que a la demanda turística se refiere. Junto a la singularidad de los enclaves, la publicidad, infraestructuras y apoyo de las Instituciones contribuyen a crear distancia entre unos y otros. Esta situación es fácil de observar en la comarca de la Sierra de Francia donde la existencia de varios núcleos Histórico-artísticos y la de un Parque Natural marcan una zona turística y otra que, no obstante sus valores naturales y culturales, recibe flujos menores. Pero gracias al reclamo turístico de aquellos, poco a poco el demandante viajero llega a pueblos que no figuraban como tradicional destino. A ello ha ayudado la creación de alojamientos de turismo rural y la gran publicidad que los propietarios realizan a través de los diferentes portales de Internet. Porque no hay duda que, al margen de otros factores, Internet ha sido y continúa siendo la baza más importante para el conocimiento de nuestros pueblos y casas rurales. Sin esta herramienta probablemente la demanda sería muy inferior.
Desde la década de los noventa han surgido casas rurales en San Esteban de la Sierra y en toda la comarca de Sierra de Francia que han dado al turista la posibilidad de pernoctar, conocer y disfrutar, sitios antes insospechados. Ha coincidido ello con el final del ciclo económico agrícola-ganadero de subsistencia y la ruptura de la dinámica interna en toda esta geografía. El turismo, como agente externo, ha empezado a ser un aliciente para los habitantes que poseen alojamientos y para otros negocios que cada vez dependen más de personas de fuera que de las del propio lugar y no cabe duda que el turismo, bien conducido, podría jugar un importante papel dinamizador en pueblos que poseen ricos y variados recursos turísticos, tanto naturales como culturales.
San Esteban de la Sierra es uno de esos núcleos serranos que sin figura de protección, excepto la de Reserva de la Biosfera, que abarca las Sierras de Francia y Béjar, tiene múltiples recursos turísticos de suficiente calidad medioambiental e histórico cultural que pueden servir de reclamo para un público diverso. Es necesario, sin embargo, saber valorar la riqueza del entorno por parte de los aquí nacidos y mostrar el patrimonio a quienes nos visitan.
Desde el inicio de la andadura turística de la casa rural Fuentes de Abajo, conscientes del gran valor del patrimonio natural y cultural próximo, hemos mostrado a todos los viajeros los recursos de San Esteban de la Sierra y alrededores. El turista ha tenido la oportunidad de conocer aspectos de nuestra más lejana historia, los paisajes geomorfológicos y botánicos más relevantes; ha podido hacer turismo gastronómico y festivo- religioso, turismo técnico, arqueológico, artístico, deportivo....Ha sido una forma de dar a conocer todo cuanto nos rodea, “poniendo en valor” lo desconocido y lo que no tiene publicidad alguna. Todo ello, con la firme idea de hacer un turismo diferente en el que además de dignas instalaciones se le ofrezca al turista un añadido de calidad a través del trato personal y de información documentada por parte de quien ama el suelo donde ha nacido.
El turista que nos visite comprobará que cualquiera de las estaciones del año posee atractivos, incluso el invierno. Frente a los grises días de la capital salmantina, esta sierra profunda tiene muchos días soleados y de agradables temperaturas que posibilitan el senderismo, los viajes culturales y la permanencia al aire libre. Las fiestas navideñas, la gastronomía del momento, las matanzas y los festejos de Santa Águeda y San Albino, en febrero, no dejarán indiferente a quienes como turistas participen de tales eventos.
La primavera serrana se adelanta respecto al llano salmantino y ofrece la más rica gama de colores y aromas de toda la geografía salmantina. Las peculiares condiciones climáticas y orográficas son responsables de esta gran riqueza y del prolongado periodo primaveral, que tiene entre abril y mayo el mayor esplendor. Es una época estupenda para el excursionismo y el disfrute de acontecimientos religiosos como la Semana Santa y San Isidro. La tarde del Jueves Santo es tradicional la visita de bodegas para probar la limonada y el día de San Isidro, tras la misa y procesión, se celebra el convite en la Plaza Mayor, donde todo el mundo es bienvenido.
Llegado el verano, la verde naturaleza y los cursos de agua son los escenarios más solicitados por los visitantes, turistas de retorno en gran número o nuevos turistas que desean descubrir la belleza de nuestros paisajes. Multitud de recovecos inéditos esperan a quienes se adentran y se dejan guiar en esta geografía. Es el momento ideal para combinar diferentes opciones turísticas y disfrutar de tantas y tantas fiestas que se celebran a lo largo del estío. San Esteban tiene como principales eventos la fiesta del patrón a principios de agosto y la fiesta del Cristo en Septiembre. Ambas son concurridas y despiertan el interés viajero, especialmente por las distintas actividades y la buena acogida que en todo momento tiene el forastero.
El otoño es probablemente, junto con la primavera, la estación más hermosa del año. En pocos lugares es posible ver tal cantidad de matices y combinaciones cromáticas. Cada rincón es una sorpresa que entusiasma a quien nos visita. Al decir de algunos turistas, es el desconocimiento de cuanto esta tierra ofrece una de las razones del escaso movimiento turístico otoñal, al margen de que la cultura viajera, excepto en los “puentes” esté menos extendida. Si a la belleza del paisaje y sus frutos silvestres sumamos tradiciones arraigadas, comprobaremos que estamos ante una época del año idónea para hacer turismo pero escasamente aprovechada.
Viajero o turista, no pierdas la oportunidad de conocer y disfrutar esta tierra ignota pero abierta al turismo. Con grata sorpresa descubrirás nuestros caminos, bosques frondosos y escultóricos roquedos; sentirás el perfumado ambiente de la primavera y el frescor de nuestros ríos durante el estío; recorrerás castañares y robledales en el otoño y aquí y allá encontrarás los deliciosos frutos del bosque; recrearás la vista desde excelsos miradores y en más de un momento la hermosa naturaleza embriagará tus sentidos. Déjate seducir y recorre nuestras calles, en fiestas y en los días silenciosos del otoño o del invierno, cuando todo parece dormitar y lo rural se acentúa. No olvides ver la singular arquitectura, la iglesia, la ermita, las primitivas fuentes, el puente medieval o los restos que jalonan nuestra tierra. Saborea los platos, vinos, dulces y licores de San Esteban; habla con el nacido en estos pagos y encontrarás trato afable y la mayor cordialidad. Y cuando tu viaje concluya y desde algún recodo de la carretera vuelvas la vista atrás, sentirás que has vivido una experiencia única, que merecía la pena y que repetirás.
Joaquín Berrocal Rosingana.
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