El profundo y pedernoso lecho del Alagón, por donde discurren las aguas en las grandes avenidas, nos regala un abigarrado paisaje otoñal en el que se afianzan cornicabras, madroños, durillos, mimbres, almeces, arces de Montpellier, carrascas, piornos, alisos...,que surgen de forma milagrosa en las diaclasas del granito.
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