Hace ya un año que, sin tiempo
para pensarlo, cruzaba la meseta de tierras de “pan llevar”, la de “cerros
motilones”, blancos oteros, desiguales y quebradas parcelas de abigarrados
tonos verdes, ocres, rojizos, blanquecinos, de elevados paisajes que conducen a
los puertos de montaña, límite regional.
En la retina, núcleos de aspecto
terroso y distantes, altivas torres, rodales de pino o encinar, arbitrariedad
de gran ciudad que crece sin cesar, la magna obra del canal, la belleza del
románico, los palomares de Campos y al paso…, topónimos de tantos lugares ya
casi olvidados.
En las proximidades del puerto,
restos de pasadas nevadas; sobre las cumbres, nieve, nieblas y oscuras nubes
que ofrecen contrastado panorama de luces y sombras que se van desvaneciendo en
el transcurso del estrecho pasillo entre valles intrincados, laderas
pronunciadas, verdes prados y gris
arbolado de hayas y robles.
Pequeños pueblos diseminados
entre la agreste geografía que alterna bosque y pradera de economía
silvo-pastoril. Todo es descenso hacia las tierras que se acercan al mar, laberinto de vías
de comunicación, poblamiento disperso
por un lado y concentración humana en urbes industriales y de servicios entre
bosques de pinos y eucaliptos hace décadas introducidos en este territorio.
Finalmente, el destino junto al mar
en día claro que regala luminosa estampa de aguas azules, altas montañas de
blanco bajo nubes dispersas azotadas por el viento del SO. Es la tierra donde
se fusionan la montaña y el mar, el azul, el verde y el blanco.
Y en la corta y aprovechada
estancia, mientras caminas junto al mar, sopla el viento, las olas son blancas
burbujas que se funden sobre la arena, hueles la humedad marina, recobras
sensaciones y fijas rincones olvidados. La Naturaleza te absorbe…, la insólita
imagen del mar, la fina arena, el dilatado azul, heroico, a veces siniestro; el
canto de las olas, el aire que respiras…
Mientras evocas los viajes del pasado y contemplas de nuevo los hermosos accidentes geográficos, cada una de las piezas de ese complejo
puzle que conforma la Naturaleza te hace vibrar, sentir y valorar esta bella
tierra que hacía tanto tiempo no pisabas.
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