No dudamos de la buena intención
de quienes realizan un proyecto; sí dudamos de que aquello que se propone sea
lo más viable, correcto y de interés general, sobre todo cuando se observa lo
incompleto del mismo, la falta de imparcialidad y la cuantiosa inversión.
La razón de este preámbulo tiene
que ver con el Proyecto Cipriber, la Confederación Hidrográfica del Tajo y la
pretendida demolición de la pequeña presa ubicada en el Río Alagón en el
término municipal de San Esteban de la Sierra
que tradicionalmente ha servido para canalizar las aguas hasta la
Almazara; por tanto, ha tenido una función económica aunque no se utilice en
estos momentos. Pero…, quién sabe si en un futuro próximo no se podrían
requerir sus servicios.
Entre las razones esgrimidas para
el derribo se habla de la situación
irregular del azud, del IF o índice
de franqueabilidad que en este caso, según sus estudios, se establece en 100, es decir, el mayor de los
obstáculos. Por otro lado explican: “En
los últimos años se ha constatado la disminución de las poblaciones de
Ciprínidos en esta zona, como consecuencia de obstáculos transversales en los
diferentes ríos, que impiden los movimientos migratorios de estas especies y en
consecuencia la viabilidad a largo plazo de estas poblaciones.”Más adelante,
extraemos los siguientes párrafos: “… y
debido a la presencia de especies exóticas invasoras en la zona de actuación,
la vuelta de estos tramos fluviales a su régimen natural, se entiende que es en
si mismo una forma de lucha contra las mismas, al favorecer las condiciones de
caudal y sus eventos de sequía, a las que están más habituadas las comunidades
autóctonas”.
En dicho proyecto se habla de
regeneración de los ríos, restauración
del entorno, mejora de la continuidad y
el estado ecológico fluvial para compatibilizar la reducción del impacto
ambiental y los beneficios económicos de la explotación de las aguas…
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El azud de la Almazara no es una
barrera infranqueable para los peces mayor que los muchos obstáculos antrópicos
existentes en la misma cuenca hidrográfica aguas abajo y por supuesto de menor
entidad que las barreras pétreas naturales.
El gran problema de la ausencia cada vez mayor de peces y deterioro
ambiental habrá que buscarlo en los vertidos, en la falta de depuradoras, en el
abandono de las márgenes fluviales y la escasa limpieza realizada en el cauce.
Las susodichas actuaciones poco conseguirán si no hay una coherente política
medioambiental, bastante más compleja que el intento de destrucción de una
pequeña presa con mejoras parciales de restauración...
Teniendo en cuenta que en este
tramo del río Alagón se producen largos estiajes y la conectividad de las aguas
es imposible, son estas láminas de agua las que permiten algo de vida en los
charcos o pesqueras naturales o de intervención humana donde los impactos
medioambientales son muy inferiores a los que se pueden ver en numerosos
afluentes del Alagón, sean piscinas naturales, escaleras, hormigonados,
chiringuitos…
Si lo fundamental es la
conectividad, no se justifica la destrucción total del azud. ¿No existen compuertas que se abren y cierran en función
de la época del año? ¿No hay en muchos lugares “escalas para peces” sin apenas
impacto visual?
Hasta no hace tantos años, las
especies autóctonas se pescaban a caña, con cicuta, lejía, coca, sulfato,
redes, cartuchos…, año tras año y…, un año sí y otro también había peces para
aburrir a los habitantes de todos los pueblos del entorno, bastante más
numerosos que en la actualidad. Llegaron los vertidos no controlados, los
núcleos sin depuradora, los plásticos, latas, bidones, y los listos de turno, quién sabe de qué
Universidad surgidos, que introdujeron voraces peces que acababan con las especies
propias del lugar. Desapareció el caprino que limpiaba las márgenes, el vecino
de turno que recogía leña junto al río, el que cortaba ramos para las cabras y
tras ello…, las restrictivas leyes dejaban todo a cargo de los entendidos en
medio ambiente y confederaciones que se debían encargar del mantenimiento y
restauración. ¡Qué ardua tarea para el que desde el despacho toma las
decisiones!
Si las barreras antrópicas
existían y las naturales también, cómo es posible que hubiera tantos peces en
cualquier lugar del curso del Alagón y no se extinguieran a pesar de tanta
pesca ilegal y tantas tropelías, inconcebibles
desde cualquier óptica en la actualidad. Cómo a pesar de las “barreras
infranqueables” las especies alóctonas
se han extendido por doquier. Tal vez los doctos en ciprínidos tengan
respuesta diferente a la nuestra.
Desde una óptica personal no se
justifica la demolición del azud ni por conectividad, ni por regeneración de
los ríos, ni por impacto visual negativo, ecológico o ambiental y por ende
tampoco porque se puedan conseguir beneficios económicos a posteriori.
Nuestro río se muere y las razones por las que ello sucede son de
conocimiento público. Se muere por los vertidos de una y otra índole, por el
abandono de las márgenes cuya mancha forestal absorbe incluso las aguas de
charcos que antes permanecían con vida durante el estío, por las numerosas
sombras creadas por la vegetación donde
no medran los ciprínidos, se muere por la introducción de especies alóctonas
que vete a saber a qué iluminado se le ocurrió… No se muere por lo que algunos
consideran “barreras infranqueables”, antrópica en el caso que nos ocupa, la
Pesquera del Puente Nuevo.
¿Qué explicación nos dan los
expertos a los piélagos muertos durante el estío cuando tiempo atrás eran lugar
de baño durante todo el verano? Dirán que es el cambio climático. Todo influye
pero desde septiembre del 2015 hasta finales de junio del 2016 cayeron 1350 mm
y a principios de agosto la cabecera del Alagón agonizaba.
Y para acabar con el alegato a
favor de la no demolición conviene recalcar que toda la zona tiene graves
riesgos de incendios que ponen en peligro la naturaleza y al mismo hombre. Son
estas pesqueras el primer auxilio ante lo no deseado por lo que quizá habría
que abogar por la existencia de mayor número de láminas de agua de bajo impacto
salvo que la política ambiental y contra
incendios cambie de signo. “Mejor es prevenir
que lamentar”.
Pues me ha pillado desprevenido, que bonito huviera sido, aun en fiestas, que esto se huviera sabido por comunicado verbal, en cualquier momento de las mismas. Algo se podria haber hecho mientras nos lo pasabamos de aupa. Han aprovechado que todos estabamos de juerga, para joder uno de los enclaves mas bonitos de nuestro pueblo, y no me imagino cuando vuelvas las aguas, en que estado se verá. Esta visto que por todo lo que lucharon, y trabajaron nuestros abuelos y bisabuelos, ahora no vale para nada, y no solo en estos aspectos sino en casi todo que se haya establecido y que ahora se niega su importancia, sea o no de ayuda en cualquier aspecto. Nos cargamos el futuro, por huir del pasado.
ResponderEliminarPero ese es el río que bajaba a reventar con las lluvias de la primavera??? Madrita q pena....
ResponderEliminarEl mismo río, sufriendo el estiaje y la desafortunada intervención humana.
EliminarEl mismo río, sufriendo el estiaje y la desafortunada intervención humana.
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