Jornada irregular de nieblas,
lloviznas, viento, sol, arcoíris…, que en la mañana impidió concluir la ruta
deseada en tierras de Valero.
La placidez de la tarde nos
permitía ver la radiante ciudad de Salamanca repleta de los propios del lugar y
numerosos turistas.
Salamanca nunca de teja indiferente
ResponderEliminar