miércoles, 26 de octubre de 2022

CAMBIAN LOS TIEMPOS, CAMBIA EL PAISAJE Y SUS USOS.

 




Fue vía tradicional de comunicación humana entre pueblos cercanos, de arrieros,  de intercambios  festivos...; fue camino de herradura, de tránsito del mular hacia los bosques y campos de cultivo, de idas y venidas de hombres y mujeres a huertos y explotaciones de frutales, de agricultores leñadores para talar robles, quejigos, los pequeños vástagos de las trepolleras, las gruesas y rectas vigas del castaño regoldano. Fue la tierra donde  pequeños y mayores recogieron  madroños, castañas, avellanas, hoja para los establos,  ramaje para el caprino, gamón para el porcino...




¿Qué permanece de  la primitiva actividad humana? Poco o nada. Cambian los tiempos, el paisaje y sus usos. Ante el paisaje de trabajo y sustento, los nuevos tiempos han traído abandono de sendas y explotaciones agrarias.




 El bosque se desarrolla a su antojo, el jabalí arrasa cuanto encuentra y el transitado camino que permanece  se ha convertido en vía deportiva y otro tipo de  alimento; el del espíritu.






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