Los escasos paseos de otoño han sido pródigos en la visualización de nuevas estructuras rupestres, algunas de ellas fácilmente perceptibles. En otras ocasiones, lagares cubiertos de tierra y hojarasca, planteaban más problemas a la hora de la localización.
Muy enriquecedor para quienes estamos en contacto con el tema de los lagares rupestres ha sido la ubicación concreta de varias lagaretas, la elevada concentración, el aprovechamiento de la erosión natural de la roca, sistema de desagüe y anclaje de prensa.
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