Cobijado bajo el Castañar, San
Esteban de la Sierra tiene en este monte uno de los cuatro bastiones que contornean la localidad; ninguno supera
los mil metros sobre el nivel del mar pero todos se yerguen varios cientos de
metros por encima del Alagón y caserío serrano con orografía de acentuadas
pendientes pizarrosas en Castañar y Cancho, graníticas en Tiriñuelo y de duro
cuarzo en los Riscos de los Pajares.
Si Cancho y Tiriñuelo son de
cálida orientación, los Riscos palpan las nieves y los fríos del norte, el
Castañar es la umbría gris, verde y dorada del bosque atlántico que cambia su veste
con las estaciones. Es paisaje de perfumada tierra, de flor de durillo, flor de
candela, hoja seca que crepita y húmeda floresta; de resinosos alóctonos olores...,
bosque de verdes lanzas que coronan la senil forma de la montaña.
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