miércoles, 20 de enero de 2016

PATRIMONIO V

El Alagón contornea por norte y oeste  el pueblo de San Esteban y pasa bajo el hermoso puente medieval, obra maestra  que fechan unos en 1388 y otros dos siglos más tarde, intercambiando el tres por el cinco. Es la suya una fábrica de recio aspecto, ligeramente curvada y elevada en el centro con cuatro arcos de piedra granítica, cimentados  sobre la roca madre y que van en diminución desde aquel por donde habitualmente discurre el agua  hasta el otro extremo. Sillares perfectamente escuadrados fijan el intradós de los arcos y robustos tajamares en ángulo afrontan la corriente. En la construcción, además del granito, se han empleado resistentes pizarras metamórficas de aspecto ferruginoso cuyo origen se halla  cerca, allí donde se  produce el cambio litológico de los granitos a las pizarras. Bajo el puente, la erosión de las aguas, cual poderoso cincel, nos regala espectaculares  calderas (las Calderas de Pedro Botero) como por aquí las llaman. En distintos lugares del puente, tajamares y paredes, terebintos e higueras silvestres surgen entre las piedras de la edificación.








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