Por nuestra tierra pasaron y algún rastro dejaron.Los niños madrugaron más de lo acostumbrado para disfrutar de múltiples obsequios, unos en el Ayuntamiento la noche anterior, otros en las casas paternas, de tíos y abuelos.
La mañana dejó una vistosa helada en las umbrías y el día todo él fue despejado, maravilloso para el senderismo y contemplar la naturaleza. Ese ha sido nuestro gran regalo así como la grata amistad de quienes nos han acompañado.
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