miércoles, 29 de diciembre de 2010

DESDE FUENTES DE ABAJO: EXCURSIÓN 28 DE DICIEMBRE


Con la suavidad térmica de este día de invierno, día de sol y nubes, hemos iniciado una peculiar ruta al gusto de nuestros clientes Francisco y Paloma. Amantes de la naturaleza y de los escenarios rocosos y desconocidos por el gran público, hemos seguido los itinerarios de los medievales cazaderos del oso, nos hemos introducido entre  bosques autóctonos, entre  restos de primitivos asentamientos humanos, entre las caballeras bolas graníticas y las interesantísimas excavaciones rupestres, tumbas y lagares dispersos por la serrana geografía. No han faltado en la ruta viejos corrales y chiviteros, eras sobre lanchones de granito y miradores de ensueño desde donde contemplar bellos recursos turísticos.


Estupendos senderistas ambos, deseosos de conocer, no han puesto ningún reparo en visitar lugares inéditos para disfrutar de la naturaleza en estado puro y de un turismo rural diferente, hecho a medida del consumidor.


Turistas de este cariz prestigian el turismo alternativo a la par que realzan nuestros singulares recursos naturales y culturales. Necesitamos de ellos porque será la forma de conocer, valorar y conservar un patrimonio que cae en el olvido.  






martes, 28 de diciembre de 2010

DESDE FUENTES DE ABAJO: EL GUISO DEL CABRITO


Siempre tuvieron fama los cabritos de la Sierra de Francia así como la carne de la propia cabra, ya fuera guisada, asada, en el cocido o embutida junto con carne de cerdo. Hoy, desgraciadamente el ganado caprino es escaso y cada vez es más complicado para los habitantes serranos disfrutar estos manjares, disfrute que muchos ajenos a la región no entienden por eso de la denostada ganadería caprina. Sin embargo, cuando el visitante prueba una vez estas viandas generalmente repite.
Los lugares que antaño pastaron las cabras domésticas, en la actualidad ocupan corzos y las abundantes cabras hispánicas, especies protegidas en nuestro territorio.

Como en años precedentes, Alimentación Oliva de San Esteban de la Sierra, nos ha proporcionado el cabrito navideño, un excelente cabrito de aproximadamente seis kilos. Una vez en casa, parte del mismo lo hemos separado para guisar y el resto para asar. De cualquier forma está exquisito pero la tradición del cabrito guisado, con las típicas variantes entre las diferentes casas o pueblos, es algo muy serrano.

Ingredientes: carne de cabrito troceado, ajo, cebolla, laurel, aceite, vino blanco, agua y sal.

Preparación: en el recipiente en que se va a preparar el cabrito se pone un poco de aceite con cebolla troceada y dientes de ajo enteros hasta verlos dorados. Después se retiran y conservan en un plato. A continuación se echa la carne a la que se va dando vueltas en el aceite hasta que adquiere tono dorado. Una vez en su punto puede añadirse agua o vino blanco, unas hojas de laurel y ajos machados. Es el momento de dejarlo cocer lentamente y mover hasta que esté blando. Cebolla y dientes de ajo triturados pueden añadirse acto seguido.

Es una forma sencilla de preparar este plato que, por supuesto, entre los maestros cocineros está adquiriendo dificultad, sofisticación e intento de originalidad que a veces el buen producto no necesita. Pero para ello están las artes culinarias, los nuevos gustos, la cuidada presentación en amplias fuentes, etc.

Para estas fechas navideñas, entre otras exquisiteces, no nos olvidemos de los riquísimos nuégados. En pocas casas serranas faltarán, como es lógico con formas, ingredientes, texturas y nombres distintos. Les remitimos a la Web http://www.fuentesdeabajo.com (nuestras publicaciones).

En posteriores ocasiones escribiremos más sobre gastronomía serrana, materia escasamente conocida si se exceptúan las carnes asadas, las patatas meneás, los embutidos y poco más.






sábado, 25 de diciembre de 2010

DESDE FUENTES DE ABAJO:INTUICIÓN Y SUERTE EN LA LOCALIZACIÓN DE UN NUEVO LAGAR

                            
La espléndida mañana del pasado domingo me llevó hacia Los Pajares, uno de los pagos de la población de San Esteban y primitivo hábitat agrícola-ganadero. Guiado por la intuición recorrí parajes donde creía que podía localizar nuevos lagares. A veces no es tarea sencilla ya que muchos se encuentran  ocultos entre ramaje, hierbas, piedras, matorral o prácticamente enterrados.  Tras dirigir la mirada en diferentes sentidos y recorrer matorrales, roquedales y viñedos abandonados, la fortuna fue mi aliada. El apenas perceptible corte en una  piedra de granito de unos 20 centímetros significó el primer indicio. Después desconfié, ya que la tierra todo lo cubría y la roca no parecía tener continuidad. Permanecí de pie sobre lo que sospechaba era una pila; a continuación subí a las rocas que contornean el sitio y tras el  análisis visual llegué a convencerme que estaba ante un nuevo hallazgo. Cogí la azada y seguí el corte de la piedra .Topé con los dos extremos y el fondo. Ya no había duda, 1,80 de largo y 0,20 de profundidad. Continué buscado la parte más estrecha del lagar y la ubicación del bocín. Éste pronto salió a la luz así como el pilón bajo las piedras de la pared del corral.

 Aunque no he vaciado el receptáculo en su totalidad parece estar bien conservado y tiene buenas proporciones, 1,80 por 1,35 y  profundidad de 0,20 aproximadamente. Ofrece como peculiaridad la localización entre dos rocas ligeramente elevadas que sirven  de base a la pared del corral .En un lateral  hay un corte en forma de pequeña ventana de 0,30 por 0,35 rellena de piedras y que probablemente sirvió de anclaje de prensa. En el lado opuesto una marmita abierta al frente con fondo circular y que, en parte, parece impronta humana.

                              
He comprobado la existencia del pilón, bien conservado y profundo que he dejado tal como estaba al hallarse el muro encima.
                             
Tras recrearme con la vista y tomar nota de los detalles me he sentido satisfecho; había localizado otra más oculta huella del remoto pasado de nuestros ancestros.

Quienes amamos nuestra geografía disfrutamos de cada uno de los recursos de ella y no hay duda que los lagares están entre los más valiosos y singulares que hallamos a lo largo y ancho de nuestro paisaje.
Cada día, ante los nuevos hallazgos, esta milenaria cultura adquiere una dimensión mayor. Por ello, estamos convencidos que nuestra tierra ocupó puesto señero en la que denominamos LA CULTURA DE LOS LAGARES, cultura típicamente mediterránea  perceptible desde el norte de África hasta la península de Anatolia y desde allí hasta Grecia, Italia, Francia, España y Portugal.
                       
Vamos camino de inventariar y estudiar un centenar de excavaciones rupestres en un espacio aproximado de diecisiete kilómetros cuadrados del término municipal de San Esteban de la Sierra; creemos que hay todavía un número importante enterrado y que, por circunstancias diversas, son numerosos los desaparecidos.
¡Seguiremos trabajando sobre este apasionante tema con ilusión y con la colaboración desinteresada de nuestros amigos paisanos para satisfacción propia y de quienes estén interesados en conocer nuestra historia  pasada!  

http://www.fuentesdeabajo.com/

http://www.salamancarural.com/

viernes, 17 de diciembre de 2010

DESDE FUENTES DE ABAJO:PASEO VESPERTINO

DESDE FUENTES DE ABAJO: PASEO VESPERTINO.

A la heladora noche y frías primeras horas de la mañana ha seguido una tarde soleada,  de bello azul celeste y muy agradable temperatura. La tarde invita al paseo y desde Fuentes de Abajo he seguido el camino del río. He pasado el soberbio puente medieval y he comenzado a ascender por el camino de la Viña el Río entre las paredes que protegen los cultivos del viñedo asociado al olivo o al frutal, muchos ya abandonados.
En algunos tramos del camino, bajo las paredes donde no ha penetrado el sol, el hielo blanquea sobre el duro suelo. Los tejados del caserío aparecen iluminados; el Castañar está en sombra; Cancho y Tiriñuelo reciben la alegría del sol vespertino.

 He subido hasta los Muros sin pausa salvo para coger almendras de árbol abandonado al borde de la carretera .En los Muros hago un alto en el camino; contemplo la protegida solana  bajo mis pies, veo los diminutos cactus y el rusco, los alcornoques y quejigos, los almeces desnudos, el pueblo en toda su extensión y al fondo la masa enorme de la Sierra de Béjar con  nieve intermitente en las cumbres. Distingo y escucho el vareo de un olivo bajo el que se extiende una red verde. Al otro lado de la carretera hay un pequeño abrigo rocoso donde crecen diminutos y  primitivos helechos y una pequeña culebra se solaza.
Tengo interés en subir entre bancales deteriorados y llegar hasta las zonas impactadas por el devastador incendio del pasado año. Hay tocones de olivos, tiempos atrás olvidados, que comienzan a brotar entre negros matorrales carbonizados. A trechos rebrotes de carrasca, lentisco, cantueso, mejorana, madroño y durillo y al descubierto paredes arruinadas de antiquísimas paratas, tan reducidas que a veces no tienen el ancho de un metro. Desde aquí dirijo la vista al río y el cuidado olivar del Volcán. En la margen izquierda del Alagón diviso el Guijarral, Bajenoso y Risco de la Dehesa, impresionante ladera arrasada por las llamas donde se percibe la que fue gran escalinata cultivada  hasta hace pocos lustros.

Sentado sobre un canchal de granito disfruto del sol de la tarde, de las grandiosas perspectivas y de  la naturaleza conservada; siento, sin embargo, la nefasta huella del fuego y me sobrecoge e intriga pensar en la magna obra de nuestros ancestros, creadores de un paisaje para la mera subsistencia, tan precario que es difícil imaginar cómo pudieron vivir y cuántos siglos transcurrieron hasta domeñar la tierra.

Comienzo el descenso y me recreo fotografiando y comiendo rojos madroños; observo carriles y zonas hozadas de jabalíes; me detengo ante el brillo de las grandes y tiernas hojas del durillo y ante la manada de pájaros que hay bajo varios olivos. Hay zorzales o charlas, alguna mirla y numerosos insectívoros. Cuando me acerco, emprenden el vuelo y se esfuma cualquier posibilidad de una buena fotografía.

De vuelta a casa, el sol se esconde tras el Pico Castañar, San Esteban se queda en sombra y sobre el Pico el  Cancho y Pico Tiriñuelo aún perdura el luminoso Helios.  





miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL OTOÑO EN SAN ESTEBAN DE LA SIERRA


Tras un verano de sol y temperaturas de justicia comenzó el otoño tardío, con escasez de lluvias al inicio e intermitencia precaria después. No llovió por San Bartolomé (24 de agosto) y la hierba apenas se insinuaba a mediados de octubre; bien conocido es el refrán repetido en estas tierras que dice, “la otoñada verdadera por San Bartolomé las aguas primeras”. Pasó octubre suave y otro tanto hizo noviembre; tardaron castaños y caducifolias en cambiar el color de sus hojas hasta primeros de noviembre para en apenas quince días ofrecer otra fisonomía. Al llegar diciembre alguna caducifolia y las abundantes marcescentes mantenían los amarillos, ocres y rojos tan propios de la estación; soplaron los vientos, llegaron días de frío y las nieves de principios de diciembre. Tras ellos, las abundantes lluvias del festivo puente, tan deseadas por muchos y tan molestas para el viajero del momento. Pero es que, “nunca llueve a gusto de todos”. La calma sucede a la tempestad aunque si hacemos caso al refrán serrano “si llueve por Santa Bibiana, cuarenta días y una semana” ¡Veremos qué nos depara el resto de diciembre y el enero del 2011!

Pocas estaciones tan atractivas como el otoño serrano cuando el bosque se viste de mil colores; cuando los frutos silvestres nos regalan colorido y sabor; cuando las pitarras inundan las calles con su olor y se degustan los tempraneros vinos, los licores, las uvas enristradas y las castañas asadas.

¡Qué deliciosos son los paseos otoñales entre bosque y matorral y  qué placentera atmósfera la que se respira en cada calle y rincón de la localidad de San Esteban concluida la caminata!

 Después, la charla amigable, degustaciones y meriendas culminan jornadas para recordar.
¡Turista que desconoces la Sierra, déjate seducir del encanto de lo rural y disfruta con las pequeñas y agradables cosas que te ofrece la naturaleza y el humano conocimiento ancestral!


                                                    http://www.fuentesdeabajo.com/
                                                    http://www.salamancarural.com/

domingo, 12 de diciembre de 2010

¡BIENVENIDOS A FUENTES DE ABAJO!

Casa Rural Fuentes de Abajo da la bienvenida a cuantas personas nos visiten a través del blog o en la población  de San Esteban de la Sierra, Salamanca.




Hace seis años y medio que iniciamos la andadura del turismo rural con la ilusión de trabajar en lo que hacía tiempo estábamos soñando: crear un alojamiento en el lugar de nacimiento, en las instalaciones agrícolas restauradas y poder mostrar al viajero la riqueza natural y cultural de una tierra desconocida, no por ello carente de valores e interés. 
Transcurrido el tiempo, estamos satisfechos de la acogida que nuestra iniciativa ha tenido por parte del público turista.Nuestros paisajes geomorfológicos o botánicos, nuestros campos humanizados, la huella cultural oculta del pasado, gastronomía, festejos y tradiciones han sido motivo de disfrute para numerosas personas que ignoraban esta tierra y que tras la experiencia del primer viaje han repetido estancias y canalizado a familiares y amigos. 
Desde aquí damos las gracias a cuantos nos conocen por haber venido y aportarnos tantas y tantas buenas cosas;  invitamos a quienes nada saben de esta población a visitar lo ignoto y disfrutar de la  buena acogida que quienes aquí viven le ofrecerán.La población de San Esteban de la Sierra está abierta al turismo y ofrece reclamos suficientes para ocupar puesto señero en el turismo regional.
En vísperas de la Navidad felicitamos a propios y extraños, a los naturales de esta bella geografía y a cuantos deseen conocerla.