miércoles, 31 de julio de 2019

POZO DE NIEVE

Bajo el “alto soto de torres” que toca cielo, hay una Salamanca profunda de vertical excavación y horizontales galerías que discurren por las telúricas entrañas del rocoso cimiento de piedra tosca.

Se conocen muchas de las galerías existentes en la ciudad, así como los pozos de la nieve que tuvieron conventos, colegios, cofradías o la propia urbe para uso público. Quedan  bastantes pasadizos por sacar a la luz.

Función evidente, misterio y leyenda envuelven este riquísimo patrimonio que en ocasiones ha sido investigado gracias al buen hacer en el que participan expertos arqueólogos. Tal es el caso del trabajo llevado a cabo en el Pozo de  Nieve, sótanos, subsótanos y pasadizos bajo lo que se llamó el Escorial de Salamanca, antiguo convento de San Andrés.













domingo, 28 de julio de 2019

"VEREA DE PESCADORES"

Apenas media hora nos separan del Meandro Melero, la "Verea de Pescadores" y el Mirador de la Antigua, territorio que aunque bien conocido, siempre es gratificante recorrerlo una vez más, en esta ocasión con los compañeros senderistas Manolo, Marce y el joven Carlos.

El Alagón discurre muy mermado, como un pequeño arroyo, dejando ver la huella de pasados niveles en la cola del embalse de Gabriel y Galán. No por ello pierde interés el singular panorama entre las provincias de Cáceres y Salamanca.










miércoles, 24 de julio de 2019

CAMINO DE CASTIL DE CABRA

El pasado sábado, cuando los primeros rayos de sol penetraban entre  castaños, robles y acebos de la Honfría, iniciábamos nuestro particular recorrido hasta el Hueco de Valero y el espectacular Castil de Cabra. Al concluir la espléndida pista, la senda se estrecha entre  jaras, brezos y carrascas para convertirse en más diáfana al cruzar el umbroso encinar que conduce a la soberbia pedriza de angulosos cantos de crioclastia y al corral que resguardaba el caprino en el pasado.  Cruzada la pedriza, nuevamente se produce estrechamiento y el primitivo camino apenas se percibe en algunos tramos. Las plantas ribereñas ofrecen agradable sombra junto al regato de Bieco que discurre con menguado caudal. Traspasado el arroyo, enormes escobones pueblan el antiguo pastizal y descansadero del ganado que poco a poco desaparecen al ascender entre las movedizas piedras hasta la parte más elevada de Castil de Cabra, donde poder observar los antiquísimos restos del maltratado yacimiento, la espeluznante caída hacia el Quilama, su erosionado y zigzagueante cauce que se va cubriendo de alisos, el Cervero, Castillo Viejo, la Peña Buitrera, la Media Fanega…

No hay duda que el paisaje de las Quilamas, rocoso y dilacerado, enormemente hostil, complicado de hollar, legendario como pocos, es a pesar de la dificultad que entraña el tránsito, uno de los territorios más seductores que el senderista puede encontrar en las proximidades de donde nos hallamos.


¿Será cierto el dicho que entre Quil y Quilama hay más oro y plata que en toda España? ¿Será solamente leyenda cuanto se dice del rey Don Rodrigo y su amada Quilama…?


















jueves, 18 de julio de 2019

REENCUENTRO CON LA HISTORIA







A lo largo de los años hemos leído, estudiado, examinado y retenido una pequeña parte de lo adquirido. Evidentemente hemos olvidado, mucho más de lo que hubiera sido deseable. 
Un buen día decides viajar a lugar ya conocido del que guardas  recuerdos de anteriores visitas, del que hay Historia impresa en los libros y en la piedra, del que esperas descubrir algo nuevo. Y he aquí que al instante refrescas la memoria, te emocionas ante las grandes obras del hombre y ante las explicaciones que otras personas te ofrecen. Vuelves a palpitar, a sentir que las piedras están vivas, que transmiten permanentemente el sentido de un pasado muy diferente al  que ahora vivimos.
Recientemente hemos viajado a Alcántara, el pueblo que todo el mundo recuerda por su puente romano; muchos, por la Orden Militar de Alcántara. Si bien lo uno y lo otro pueden definir la gran Historia de Alcántara, ésta es mucho más rica, más variada y emocionante cuando recorres sus calles, contemplas arquitectura que pasó desapercibida en otro momento, obras restauradas, otras un tanto descuidadas, saludas o hablas con personas a las que no conoces, dices un hola, un buenos días y a veces preguntas por esto o aquello. Los naturales te responden y a su manera te explican la grandeza del lugar y también la decadencia de los actuales tiempos, la emigración, el abandono de los campos, la dificultad de mantener tan rico patrimonio… Y es esa simbiosis, entre lo que conoces, lo que descubres y cuanto te explican lo que te hace experimentar la  muy agradable sensación de disfrute y enriquecimiento.

 Y a veces, en el viaje, en el reencuentro con la Historia se reencuentra  uno a sí mismo.