sábado, 28 de noviembre de 2015

HACIA EL LAGO DE BARRANCS



Una vez en Benasque, a orillas del río Esera,  nos dirigimos en coche hasta el Llano de Estanys para desde allí caminar hasta la Renclusa, el Forau de Aigualluts, la cascada y el llano del mismo nombre y después con algunos tramos de nieve llegar hasta el Lago Barrancs que a principios de julio mantenía helada parte de la superficie.


El lago Barrancs se halla enclavado en una impresionante cubeta glaciar en la cara norte del Aneto y los Montes Malditos de donde llegan las aguas de deshielo a este lago y al denominado Valle de Barrancs. Dichas aguas constituyen un gran espectáculo en la cascada de Aigualluts y en el Forau,  sumidero Kárstico éste  en el que desaparece la corriente robando aguas al Esera y dejando en varios trechos cortado su curso debido a los fenómenos Kársticos. Las aguas que desaparecen en el Forau surgirán a distancia en el Valle de Arán alimentando así al francés río Garona.

viernes, 27 de noviembre de 2015

CLAUSTRO DE LA CATEDRAL RODA DE ISÁBENA



Hay lugares que te conquistan y emocionan al primer golpe de vista. Uno de ellos es el pequeño pueblo oscense de Roda de Isábena, localidad que conocimos por primera vez en un recorrido por las comarcas del Sobrarbe y la Ribagorza. Habíamos salido de Graus donde confluyen los ríos Esera e Isábena y queríamos remontar el segundo de los ríos, llegar hasta Bonansa para después dirigirnos hacia el valle de Benasque y los Montes Malditos.

Al llegar a la altura de Roda, presumiblemente la Rota romana, la primera sorpresa fue el  llamativo puente románico de un solo ojo  de tan bella factura como el que habíamos contemplado en Capella de varios ojos.  Desde allí podía apreciarse ligeramente Roda de Isábena encaramada sobre  un cerro en forma de mesa en el que destacaba la torre de la catedral porque, aunque pueda parecer extraño, esta población fue sede episcopal ribagorzana desde mediados del siglo X hasta que en el siglo XII se estableció en Lérida.

Entrar en Roda nos pareció como llegar al más hermoso y cuidado lugar que hubiéramos visitado. La fábrica pétrea era  de cuento, tanto en los edificios nobles como viviendas particulares. Su catedral con cripta, un lujo para los amantes del arte así como el claustro y todo el conjunto artístico a pesar de la expoliación que había llevado a cabo el conocido Erik el Belga. Llamativo nos resultó escuchar el nombre de San Valero, la arqueta con sus restos y la cripta bajo su advocación.

El claustro, de aspecto rústico en muchos de sus capiteles sin esculpir, tiene otros  de enorme interés escultórico y diversidad de epígrafes funerarios en el intradós de los arcos (dicen que el más rico existente en Huesca). En el centro del rectangular claustro del siglo XII existe un aljibe que recogía las aguas procedentes de los tejados, cubiertos al estilo de otros norteños con lajas planas.


El claustro, repleto de plantas bajo los arcos de medio punto, siempre nos resultó motivo fotográfico de primer orden y un placer pasear por  aquella maravilla artística. De ahí la gran cantidad de diapositivas  que en los diferentes viajes realizamos y que hoy plantea problemas de digitalización.   

miércoles, 25 de noviembre de 2015

QUILAMAS Y CASTILLO VIEJO


Hay un dicho popular en la Sierra de Francia que dice así: “Entre Quil y Quilama hay más oro y plata que en toda España”. ¿Será cierto? Muchos lo han buscado y no hay constancia de que lo hayan encontrado.

Tal vez la expresión tenga un lejano origen y esté relacionada con el final del mundo visigodo, la invasión musulmana y el Tesoro de Alarico que, según la leyenda, habría llegado hasta estas tierras con la huída del rey Don Rodrigo y la reina Quilama, la Cava, hija del Conde Don Julián.

Al margen de la leyenda, la redondeada cumbre del Castillo Viejo de Valero es uno de los lugares más sorprendentes  de la geografía de las Quilamas donde la cerca supera los dos kilómetros, donde los restos arqueológicos previos a Roma y de esta época no dejan indiferentes a los visitantes, donde el agua brota a raudales y desde donde se obtienen increíbles perspectivas.


Hoy es toda una aventura subir desde Valero y salvar alrededor de ochocientos metros en pocos kilómetros. ¡Lástima que la senda esté impracticable en bastantes tramos!




http://desdefuentesdeabajo.blogspot.com.es/2014/10/a-traves-de-las-quilamas.html


domingo, 22 de noviembre de 2015

Y LLEGARON LOS DÍAS DE OTOÑO...



Y llegaron los días de otoño, de luz menguada y noches crecidas, de fin de fiestas y vendimia, de mosto en lagareta y olor fermentado en cada esquina. Y llegó el  equinoccio  que equipara las noches y los días, crecen las sombras, las hojas palpitan.

Y llegaron los días de otoño de colores fantasía, rojos, amarillos, ocres, azules celestes, nubes de tormenta, nubes de cristal,  nieblas que fluyen, finas lloviznas. Días de húmedos verdes de perennes  madroños, laureles y encinas, ora tranquilo tapiz, ora azote de vientos que las ramas rechinan.


Y llegaron los días de otoño de tardes plácidas, lectura sosegada, paseos por sendas que crepitan, miradas hacia la gris montaña, esperas de atardecer, imposible retener el arrebol, imposible detener la vida que declina.










lunes, 16 de noviembre de 2015

¡QUÉ DELICIOSO PASEO!

Hoy os traemos  imágenes de un camino que se transitó desde la Prehistoria tal como nos dice el Padre Morán. Los  ciclópeos bloques que lo sostienen fueron arrancados a la abrupta montaña y  hasta la segunda mitad del siglo XX el firme fue reparado año tras año para impedir abarrancamientos y facilitar el transporte de los productos del campo con las bestias de carga. En la actualidad es un bello camino para el disfrute de los sentidos que pronto será mejor acondicionado para facilitar el paso senderista.

Cuando las sombras de la tarde se expandían y el sol mortecino alumbraba Tiriñuelo, Risco de la Dehesa y Riscos de los Pajares, el paseo sosegado entre la perfumada jara, los almeces verdes y amarillos, alguna garbancera en flor, los llamativos tonos de la cornicabra, los marcescentes quejigos, los reflejos de los alisos en el agua y el permanente rumor de la corriente, hemos sentido una vez más el gran valor de la Naturaleza que nos rodea. 











miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL PLACER DE CAMINAR...

Lo que antes  fue estrecho y serpenteante camino de herradura, acotado por muros pétreos,  se ha convertido en  empinada pista que conduce hacia un elevado y suave relieve donde aflora   granito y  resistente cuarzo que culmina en piramidal dique  del que bloques  desgajados  separan parcelas y pagos bien definidos.

El continuado ascenso obliga a respirar profundo al tiempo que se  vuelve la vista atrás ante el panorama que se abre a los ojos del senderista, una gran fosa de dispersos y redondeados montes por donde zigzaguean encajonadas corrientes de agua, pequeños núcleos de población y un horizonte prominente que cual almenas de castillo contornea la región.

Cuando muere la cuesta, acumulaciones de piedras que denotan intervención humana pasada y una viña solitaria tempranamente limpiada que aun viste galas de otoño. Alrededor, campos de bravía faz, cercados unos y abancalados otros. Más delante,  nuevos indicadores de asentamiento humano donde o bien enterrados o cubiertos de piedras quizá se esconda patrimonio similar al de otras áreas de idénticas características.

Las alargadas y estrechas parcelas del alto en las que señoreaba el viñedo hasta los años noventa han visto cómo en poco tiempo robles, grandes retamas y zarzas dominan un paisaje que ha sufrido enormes vaivenes a lo largo de la Historia. Hace siglos esta tierra fue habitada y explotada tal como puede observarse en diferentes puntos. Por razones que desconocemos se produjo el abandono para más tarde volver a ser cultivada y entrar en la actualidad en una nueva etapa de regresión, siendo muy difícil predecir el futuro.

¡Cuantos recuerdos y vivencias  vienen a la mente al recorrer estas altas superficies, abiertas a todos los vientos! A la memoria llegan aquellos días de vendimia, azotados por la lluvia y el viento en los que había que guarecerse en la caseta; aquel octubre de hielo y vendimia con la lumbre encendida de forma permanente junto al majano; aquel Jueves Santo que aunque soleado  el helador aire del norte te dejaba aterido al realizar poda y sarmentera; aquellas suaves últimas vendimias cuando a mediodía se acababa el trabajo y la comida era tranquila entre Risco y Risco con las mejores perspectivas; el gran esfuerzo humano y la solidaridad entre los vecinos; las tardes de holganza y juventud en las que  la cuesta no pesaba y sentado sobre el dique te parecía dominar medio mundo. Alcanzabas lugares, el profundo valle y las altas montañas. Mirabas el abrigo rocoso que protegía del norte y pensabas en las veces que habría servido de cobijo. Esperabas el atardecer, aguardabas hasta el último momento y descendías con la velocidad del rayo.

Todo parece  cambiado; las parras han desaparecido y apenas se ven los bravíos; el gran cerezo lleva seco mucho tiempo; los hermosos castaños desaparecieron fruto del goloseo de pastores y cazadores; el majano desde el  que era más fácil cargar las bestias está rodeado de enormes escobones; en la puerta de la caseta han nacido carrascas que impiden ver la entrada; las paredes del corral están derruidas; frente al risco han crecido los robles que roban parte del panorama…


Hoy, como en otro tiempo, con la ilusión de recobrar paisajes muchas veces transitados, hemos subido la cuesta, recreado, escudriñado; hemos resistido hasta el último suspiro del sol y cuánto y cuánto hemos recordado, lo bueno y menos bueno que experiencia nos ha dado. Hemos apreciado el gran poder de la Naturaleza y lo nimio que es el ser ante las grandes fuerzas que en tan poco tiempo todo lo han cambiado. Por ello, sigamos la ruta que nos hemos trazado, aprendiendo de cuanto nos rodea, disfrutando de las pequeñas a veces grandes cosas y no ambicionando…