jueves, 27 de septiembre de 2018

LAS MÉDULAS


Las densas nieblas que durante las primeras horas de la mañana cubrían el fondo de la Fosa Berciana, poco a poco fueron ascendiendo por las laderas y desvaneciéndose entre la fronda que jalonaba el recorrido hasta las  Médulas.

La pequeña localidad aparecía iluminada, libre ya  del meteoro que dejaba tras de sí  ambiente de humedad en el verde paisaje circundante. La senda-pista, expedita de viandantes, nos conducía hacia el cuenco central del espectacular territorio, mitad fruto de la intervención humana, mitad de la viva y dinámica naturaleza. Verdosas laderas cubiertas de centenarios castaños, robles, helechos, brezos, biércol, algunas jaras…, acompañan el seductor camino que despide olores de humedad, hierba cubierta de rocío, jara y melífluas plantas, agradable sensación para el caminante que una vez más revive la más bella naturaleza del extremo occidental de los Montes Aquilanos.

Por doquier, cantos rodados, libres del empaste que los retuvo entre las arcillosas tierras auríferas de este majestuoso lugar. Coronando los vivos tonos vegetales, endiabladas formas iluminadas de las ocres, rojizas o pálidas  arcillas del milenario yacimiento. Pináculos catedralicios, falos totémicos, vertiginosos cortados, oquedades enormes que son túneles de la primitiva minería, van sucediéndose al paso del viajero que se pregunta por la forma de explotación, las canalizaciones que hasta aquí condujeron el agua de las montañas, los esclavos, los rendimientos, la vigilancia de tan estratégico mineral… Es difícil poder entender obra tan gigantesca de hace dos mil años sin la técnica del “ruina montium” de la que hablan las fuentes romanas, sin un alto contingente esclavo, sin las depuradas técnicas de lavado y acribado, sin las legiones como fieles guardianes.


Si sorprendente es recorrer el camino hasta la Cuevona y la Encantada, subir al mirador de Orellán y tender la vista hacia el vacío de tan soberbio panorama colma el esfuerzo de los kilómetros a pie realizados. Y nada tan atractivo como sentir la  la Historia que hizo posible este  paraje Patrimonio de la Humanidad. 
   



























martes, 18 de septiembre de 2018

POR GALICIA

Cuando viajamos, al mismo tiempo que disfrutamos y nos enriquecemos con el  paisaje natural y cultural, también establecemos relaciones humanas, en ocasiones muy aleccionadoras. Éste  es el caso de nuestro último viaje por Galicia, tierras de Verín, Oimbra, Monterrei…

La celebración del II Foro Hispano-Luso de Lagares Rupestres nos ha dado la oportunidad de  conocer más en profundidad estas tierras, sus lagares, bodegas y vinos, gastronomía, pazos, cruceros, castillo…, y algo muy importante, la perfecta organización por parte de la familia Paadín que en todo momento se ha desvivido para que el unido e involucrado grupo de expertos gozara de una oportunidad única.

Nuestro agradecimiento a Luis Paadín, esposa e hijos por su trato exquisito, así como a las empresas colaboradoras que con tanto agrado nos han acogido.

Como miembro de la Asociación de Lagares Rupestres creo que debemos agradecer también el gran esfuerzo que nuestros compañeros riojanos están haciendo en pro de la Asociación.

IMÁGENES DE UN GRATIFICANTE ENCUENTRO HISPANO-LUSO EN GALICIA: