lunes, 18 de abril de 2011

LA HONFRÍA-CASTIL DE CABRA

El pasado día 16 la Asociación Charra de Alojamientos de Turismo Rural realizó la programada ruta desde la Honfría de Linares de Riofrío hasta Castil de Cabra.


El día primaveral, los bellos paisajes, la grata compañía y las buenas viandas nos proporcionaron una jornada para recordar.

Lo siento por los que no pudieron asistir. Las imágenes os consolarán.


 
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domingo, 10 de abril de 2011

IMÁGENES DE CASTIL DE CABRA

RUTA TURÍSTICA: LA HONFRÍA DE LINARES-CASTIL DE CABRA.

RUTA TURÍSTICA
LA HONFRÍA DE LINARES-CASTIL DE CABRA.




La Asociación Charra de Alojamientos de Turismo Rural organiza la segunda ruta senderista del año desde la Honfría de Linares de Riofrío hasta el bello paraje de Castil de Cabra. Dicha ruta se efectuará el sábado día 16 de abril a partir de las 11 de la mañana desde la Honfría y 11,30 h., desde el Hueco.

El itinerario tiene carácter gratuito para todos los propietarios de la Asociación y clientes que se alojen en sus casas.

Aunque en las señalizaciones figuran siete km. desde la Honfría, el recorrido se acorta como mínimo un km. Los primeros km. discurren por amplia pista para después dar paso a estrecha senda y camino por pedriza. No ofrece gran dificultad pero es necesario buen calzado y asegurar el paso donde abundan los cantos.

Calculamos unas cuatro horas entre ida y vuelta con los descansos correspondientes, toma de fotografías, pequeño refrigerio etc.

Es una ruta de grandes valores naturales y culturales por lo que se ruega a los asistentes el mayor respeto con el medio.

Otros consejos: ropa y calzado adecuado, agua, cámara fotográfica, frutos secos, chocolate u otros sin que el peso sea excesivo. La comida puede realizarse al retorno en la Honfría para el que quiera comida campera, en Linares o San Miguel para el que prefiera restaurante (la organización de la comida es libre).

* Quienes deseen asistir es conveniente que se pongan en contacto con antelación, bien con info@salamancarural.com fuentesdeabajo@fuentesdeabajo.com o llamando a Joaquín al 675353558.


viernes, 1 de abril de 2011

DE FUENTES DE ABAJO AL VALLE DEL JERTE.

DE FUENTES DE ABAJO AL JERTE.

Con sol de primavera, agradable temperatura y la montaña nevada, recortada en el azul celeste, hemos iniciado una jornada memorable hacia el Valle del Jerte.


 Desde el puerto de Tornavacas hemos contemplado el bellísimo panorama de la transversal hendidura abierta hacia el suroeste  que desemboca en los peniplanos de Extremadura. Pueblo a pueblo y lugar tras lugar han ido saliendo de las bocas viandantes que deseaban disfrutar de la estupenda geografía que depara el Valle.


Incipiente la flor del cerezo en Tornavacas, en Jerte y restantes poblaciones, siguiendo el curso del río, se manifestaba en todo su esplendor. Laderas abancaladas, cubiertas del blanquecino ropaje, semejaban copos de nieve o algodón desde la distancia mientras un rosario humano transitaba por la espectacular ruta de los pilones y cientos de cámaras captaban para el recuerdo imágenes de agua y flor, valles de soberbio roquedo y blancas nieves de las cumbres.

El Jerte, el Valle por antonomasia para muchos cacereños, es la esencia de Extremadura en los cerca de cincuenta kilómetros de longitud que median desde el puerto de Tornavacas hasta la atractiva Plasencia.

SAN ESTEBAN DE LA SIERRA. PASEOS DE PRIMAVERA.

SAN ESTEBAN DE LA SIERRA. PASEOS DE PRIMAVERA (27 DE MARZO).

Amaneció el día templado con niebla y fina lluvia tipo chirimiri, típica inestabilidad de la estación primaveral que a pesar del inconveniente del paraguas apetecía disfrutar.


La singular naturaleza serrana, el alborear de la floración de plantas silvestres y frutales, la agradable charla y compañía, nos regalaron una jornada para el recuerdo en la que no nos faltó la tapa de rigor y la degustación de los vinos de “calidad” que Carlos, de bodegas Rochal, nos ofreció.


Como en otras ocasiones, el puente medieval, el camino del Cancho, el Castañar y la Huanfría fueron bellos escenarios de paseo en  mañana de principios de primavera.

miércoles, 16 de marzo de 2011

SEBASTIÁN SILLERO DEL RÍO:PROTAGONISTA DE UN MUNDO OLVIDADO.

SEBASTIÁN SILLERO DEL RÍO: PROTAGONISTA DE UN MUNDO OLVIDADO.

Hace cerca de cuarenta años, cuando el senderismo y las rutas de montaña apenas tenían resonancia en nuestra tierra, tuvimos la gran suerte de conocer los inhóspitos paisajes de las Quilamas y la más excepcional persona que viviera en tan agreste geografía. Chan, el cabrero de Valero, el más ágil entre los pastores y el mejor conductor de rebaños, fue en aquellos momentos el mayor encuentro que los ávidos caminantes y ansiosos descubridores pudiéramos tener. Aún recordamos aquella mañana en la que desde la Puerta el Sol del Castillo Viejo   los intrépidos visitantes nos sentíamos observados conforme subíamos las últimas rampas;  aquel día y muchos más en los que el poderoso silbido de Chan rompía el silencio de las montañas  a la par que arreaba el ganado y echaba el perro de careo para dominar la piara; aquellas jornadas en las que compartíamos bota de vino, tajada y la deliciosa agua del Castillo; aquellos días en los que Chan comentaba la dureza de una vida dedicada al pastoreo desde la infancia, relataba una y mil peripecias y nos orientaba sobre rutas y trochas.

 Durante años fueron frecuentes las excursiones al Castillo, a la Cueva de la Quilama, Castil de Cabra, Bieco, etc. Siempre, en uno u otro lugar, encontrábamos a Chan, cayado en mano y zurrón en bandolera, dicharachero, observador, veloz como el viento ante las exigencias del rebaño, siempre atento a todo en aquella tierra de soledades, inquietante, bella y hostil a la vez.


Cuatro décadas después hemos revivido una jornada en el insondable territorio de las Quilamas. De nuevo Chan ha sido el guía y referente en  la tierra que holló durante cincuenta y cinco años cuidando el ganado. Ahora, con el paso de los años y jubilado, se palpa una cierta nostalgia y resignación respecto a lo que fue su vida, aún reconociendo la dureza del oficio. De su boca surgen historias nuevas y otras ya escuchadas: vivencias en días de lluvia y tormenta, noches al raso con los zajones como cama y el zurrón como almohada; noches de vigilia ante el acoso del lobo al ganado, escenas del cerval, el buitre o el águila…


Desde las alturas señala cumbres, bosques, regatos, cantiles y pedrizas, un increíble repertorio de topónimos difíciles de retener. Está en su ambiente, lo vive; siente sin embargo el espacio perdido y el hombre olvidado como históricamente ha sucedido con quienes han vivido encerrados en este dilacerado valle de las Quilamas.



Chan, protagonista del postergado mundo pastoril, atesora conocimientos y saber hacer que nuestra sociedad no debiera dejar escapar. Otro tanto sucede con muchos de nuestros habitantes serranos, artífices de un humanizado paisaje, derruido en los últimos lustros y a quienes la historia margina en pro de la bucólica y muchas veces engañosa naturaleza que crece a su libre albedrío.

En casa de Chan  hemos sido bienvenidos y  la hospitalidad se deja sentir en todo momento con el agasajo de variados dulces y la amabilidad en la palabra ¿Qué más se puede pedir?


En la actual bodega de la vivienda vemos su indumentaria de pastor. De las paredes cuelgan zajones, mochila, cencerros, cayados y albarcas, amén de cántaros de latón, medidas, cuernas etc. Es el ajuar pastoril. No falta  el instrumental agrícola, arado, azadas, hoces, corvillos de vendimia... Ante la permanente actividad de Sebastián, su mujer fue la auténtica hortelana.


En el salón numerosas fotos de familia, algunas de juventud y otras de recientes eventos. Una vieja imagen recuerda al cabrero de antaño en compañía del perro, las cabras de la piara, su mochila y cayado.

Sebastián nos ha acompañado por  las calles de Valero y a visitar su plaza de toros, la más genuina por forma y emplazamiento y la más  madrugadora en los festejos taurinos anuales de España.


Tras el leve paseo recalamos en casa de Rafael. La laboriosa familia, reparando colmenas, ha dejado su trabajo para ofrecernos su casa,  café y  mantecados. Como en anteriores ocasiones es muy de agradecer la acogida y amabilidad que en todo momento muestran.


En esta sociedad, en la que tantos homenajes se ofrecen y tantas placas se descubren, a veces por nimios méritos, echamos en falta el homenaje a tantos y tantos de nuestros mayores serranos, pastores y agricultores que, por su trabajo, dedicación y conservación de un paisaje no merecen ser los grandes olvidados.