miércoles, 15 de enero de 2020

LA SALINA





Cuenta la leyenda..., es solamente leyenda…, que visitando Salamanca Alonso de Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela son su amante la Salina, Juana  Pimentel,  pidió acogida en las casas pudientes de la ciudad sin que ninguna le diera alojamiento debido a la considerada "mala compañía". Malhumorado el arzobispo mandó construir este palacio y representar como auténticos monstruos a los nobles salmantinos.

*El nombre de la Salina es debido a haber sido estanco de la sal. Por otro lado, el citado arzobispo murió años antes del inicio de la obra.

 La leyenda puede haber surgido por la función que cumplió el edificio, “salina”, que se corresponde con el de la amante arzobispal y porque el propietario heredero del palacio se llamaba Juan Alonso de Fonseca.
                                                                                                 





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