viernes, 2 de noviembre de 2012

SAN ESTEBAN DE LA SIERRA: RUTA DE LOS LAGARES RUPESTRES.

SAN ESTEBAN DE LA SIERRA: “RUTA DE LOS LAGARES RUPESTRES”.


La “Ruta de los Lagares Rupestres” es un  itinerario circular con salida desde la Bodega Cooperativa de San Esteban por el camino del Guijarral;   recorre los pagos de Bajenoso, Valmedroso, Las Huertitas, Majallana, Muñiquero, Los Pajares, La Jara, Bardal, Majahonda…; aproximadamente doce kilómetros de gran interés visual, estético y educativo, provocador  de emociones y  posibilidades interpretativas.
El  itinerario es pródigo en recursos naturales, geomorfológicos, litológicos, botánicos, faunísticos y otros de intervención humana, bancales, fuentes, corrales, restos de hábitat primitivo, poblado de trashumancia local…, constituyendo la diversidad de excavaciones rupestres   la huella más señera  y a la par más antigua del recorrido.
Se conocen con el nombre de pilas, lagares, lagaretas a  cavidades en roca de granito realizadas por el hombre en un pasado lejano. Tales estructuras, dispersas por los campos, tuvieron una finalidad económica, primer proceso en la elaboración del vino, tal como se desprende de diversas investigaciones, tanto en la Península Ibérica como en países mediterráneos. Es cierto que la existencia de las mismas en diferentes regiones de la  geografía peninsular ha dado lugar a teorías muy dispares respecto a su uso, desde el carácter ritual, al del enriado del lino, curtido de pieles, recipientes donde tintar etc. Salvo la consideración en ciertos casos del vino como ritual parecen descartadas el resto de las teorías para la mayor parte de los lagares de idénticas características de la región mediterránea. Existen en distintos lugares de la Península Ibérica y del Mediterráneo pilas olearias u oleicas que difieren generalmente en la forma de las que aquí presentamos.
En el término municipal de San Esteban hay inventariadas más de cien estructuras de esta índole de las que se han señalizado varias que por su cercanía a la vía de paso del  recorrido puedan servir al turista para valorar la impronta humana de una cultura poco conocida que en el pasado se extendió por los países ribereños del Mare Nostrum.
En Bajenoso pueden verse dos lagaretas cercanas al camino, la primera relativamente bien conservada; en la segunda, el pilón aparece separado de la excavación principal. La primera, además de las dos concavidades cuadrangulares, dispone de anclaje de prensa paralelo a la pila mayor  con rebaje circular en el centro del mismo. Parece que el bocín o agujero que posibilitaba el paso del mosto de un recipiente a otro  ha sufrido el efecto de la erosión  o ha sido roto.


En el camino que desde el Alto de Valmedroso sube al Prado Concejo, sobre bloque de granito hay un lagar cuya pila mayor supera los dos metros de longitud. Como en otros casos ha sufrido  deterioro en la parte de contacto entre ambas pilas.

 Desde la ubicación de este lagar no quedan lejos las peñas caballeras del Prado Concejo y las eras sobre lanchón granítico, lugar desde el que se obtienen maravillosas perspectivas.  
En las Huertitas están señalizadas cinco estructuras entre las diversas existentes. La primera, muy bien conservada, tiene recipiente mayor  trapezoidal y conexión a través de bocín con el que denominamos pilón. La segunda, en parte rota, aporta un anclaje de prensa diferente al de Bajenoso con agujero cuadrado frontal y excavación bajo el mismo que permitiera una mejor fijación. El tercero de los lagares de la zona, en el  ámbito que se presume estuvo el viejo  poblado de Randino, destaca por sus dimensiones. El siguiente, a poca distancia, es lagareta de único recipiente y considerable volumen. No lejos un lagar de doble concavidad y más modesto en proporciones. En los alrededores pueden observarse las estructuras de las antiguas viviendas; a cierta distancia, sin señalización, tumba labrada en roca y un lagar inconcluso.





En el pago de Majallana y Prado Jorge hay localizados cuatro lagares que por la distancia de la ruta no aparecen indicados.
En el Muñiquero, en zona cercada para el ganado, está el lagar de mayores dimensiones de la localidad. Se halla en muy buen estado de conservación y aporta como novedad dos anclajes laterales diferentes a los ya observados. En un extremo del pilón, una excavación en forma de plato nos muestra el lugar de recogida del último mosto.

En los Pajares, en el que fue un corral de cabras hasta finales  del siglo pasado, un lagar pequeño en dimensiones y de escasa profundidad. Acerca del mismo nos dice el especialista Orlando Osculli que tiene gran parecido con algunos del Mediterráneo centro-oriental que citaba Homero y utilizaban para la elaboración de un vino dulce muy apreciado, tipo vino pasa.

Merece la pena detenerse ante las casetas y corrales arruinados, contemplar su arquitectura, distribución y las soberbias vistas que  alcanzan hasta el Macizo Central de Gredos.
Más adelante del núcleo principal de los Pajares, el esqueleto de lo que fuera una caseta de cierta entidad con la era delante del caserío y los corrales.
Comenzado el descenso y a la izquierda del camino la conocida Era del Tío Pablo, de características similares a la anterior y en muy buen estado de conservación.
Traspasada una caseta restaurada y junto a  curva pronunciada, el camino de la izquierda nos lleva hasta el último lagar señalizado del recorrido. Limpiado recientemente por sus propietarios nos permite ver  una lagareta con otro modelo de anclaje de prensa  que hasta hace poco ocultaban tierra, piedras y matorral.

En la Cruz del Monte, un mirador  donde recrearse con el paisaje de las Sierras de Francia y Béjar, la ubicación de pequeños pueblos, lugares naturales y antrópicos de gran interés.

Texto y fotografía: Joaquín Berrocal Rosingana.
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