Laborioso y paciente trabajo el realizado por Tomás Gómez Gómez quien mañana a las 18 horas inaugura en el Salón de Exposiciones de San Esteban de la Sierra el Belén Serrano.
Excepto parte de las figuras, el resto de elementos son obra de Tomás, casas, puentes, molinos, caminos, campos de cultivo,talleres etc. A la par que recrea la Natividad se inspira en la vida tradicional de nuestros pueblos y los múltiples oficios que hasta hace poco tiempo eran comunes en las localidades rurales.
¡Enhorabuena al autor por las muchas horas de dedicación, por su gran disponibilidad y por haber pensado en exponer en San Esteban de la Sierra!
Siento que las imágenes, realizadas con cierta precipitación, no hagan justicia a la realidad del Belén.
martes, 22 de diciembre de 2015
jueves, 10 de diciembre de 2015
RIAÑO EN EL RECUERDO
Pasan los años y aún recordamos
aquella clase en la Facultad acerca de la facendera, la vecera, los trabajos comunales y la vida en
la montaña leonesa. Trataba sobre la alta cuenca del Esla donde Riaño funcionaba
como centro neurálgico en aquel cruce de
caminos hacia el Pontón y Piedrasluengas, hacia
Pandetrave y San Glorio…, allí donde la vecera y los trabajos comunales
eran prácticas habituales. Coincidía con el momento en que los periódicos también
se hacían eco de la traumática cirugía del paisaje y del desaguisado que se
pretendía llevar a cabo en la zona.
Años después, una tarde de
principio de Julio conocimos Riaño. Descendíamos desde el Pontón aquel día de
grato recuerdo en el que el sol brillaba más que nunca, las praderas, plenas de floración tardía
y los riachuelos resplandecían , los
rosales silvestres vestían sus mejores galas, los hayedos eran verdes,
frondosos e inmensos y las rocas calcáreas blancas, casi nieve.
Riaño surgió de forma
sorprendente en el descenso de la cuesta por donde varias mujeres arreaban
vacas por medio de la carretera. Visita relámpago del lugar para seguir los
pasos del Esla hasta la colosal pared de la futura presa con el pensamiento de
que posiblemente nunca más volveríamos a ver el valle y el caserío tal como
ahora lo contemplábamos.
Pasaron varios años para que se
llevara a cabo la demolición del pueblo, período durante el cual fueron
frecuentes los viajes tanto a Riaño como a Valdeón, Sajambre y el valle
cántabro de Liébana. Riaño era unas
veces meta; otras antesala para los diferentes recorridos por la montaña
leonesa de Los Picos; ocasionalmente para el contacto con la Liébana. Fue Riaño
lugar de múltiples vivencias, de charlas prolongadas, de refrescantes cervezas,
de espera en la carnicería, de carne asada en las márgenes del río, de paseos
por los alrededores, de tardes junto al Esla contemplando los chopos en los que
anidaban las cigüeñas. Riaño nos ofrecía imágenes de insólita belleza, praderas
teñidas de capilotes, montes del
amarillo de la escoba o la genista, retazos en los que surgían las peonías, las
“rosas de las peñas” como por aquí decían. En más de una ocasión fue refugio
ante la dificultad de establecer la tienda en lo alto de los puertos sumidos en
la niebla, un hábito que se nos antojaba como gran privilegio en momentos de
bonanza para ver amanecer desde Panderrueda, Pandetrave o San Glorio.
En sucesivos viajes vimos cómo el
monte por encima del pueblo se allanaba. Vimos cómo empezaban a surgir los
primeros edificios, tan frágiles y pobres que parecían barracas momentáneas. El
lugar nos parecía desprotegido y
expuesto a todos los vientos.
Siguieron los años de creación de
infraestructuras y las polémicas. Entre 1986 y 1987 comenzaron desalojos y
destrucción de viviendas, tarea que continúo durante 1988, último año en el que
contemplamos la ubicación, el movimiento de las máquinas y el allanamiento del
lugar. Se pretendía que no quedara piedra sobre piedra. Había que evitar
recuerdos y nostalgias, difícil pretensión para quienes allí vivieron y para
quienes guardamos la imagen en la mente y desgraciadamente no en el celuloide.
Después veríamos el valle anegado y el viaducto funcionando
así como un pueblo de colores que, como alguien ha dicho, “por una ironía del
destino bautizaban como pueblo de Europa”.
Nunca más Riaño fue lo mismo. Se
convirtió en simple lugar de paso hacia los bellos paisajes de los Picos de
Europa, “góticas peñas” en versos de Gerardo Diego. Oseja de Sajambre, Soto de
Sajambre por un lado; a veces
desplazamiento hasta las asturianas Cangas y la marítima Ribadesella; otras
hasta Potes, Cosgaya (estupendo cocido del hotel el Oso), Espinama…; otras
hasta Posada de Valdeón, Cordiñanes y Caín que fueron destinos frecuentes desde
donde realizar largas caminatas por las sendas del Sella, del Cares y con menor
asiduidad por los elevados escarpes de los Macizos Central y Occidental.
Eran tiempos en los que los Picos
de Europa no habían alcanzado la masificación actual. En los postreros
recorridos, el trajín, el rosario humano y a veces los descuidos de los
viandantes han hecho perder el encanto del que disfrutábamos en las soledades
de las Fuentes del Infierno, de la ermita la Corona, la Peguera, la Jarda, el
puente del Rebeco o el del Bolín, el Mirador del Oso, Espinama…, donde fueron
las flores encubridoras de los amores con la mozuela de Bores tal como canta el
Marqués de Santillana, “ mozuela de Bores
con la que vime en amores y fueron
las flores de cabe Espinama las encobridores”.
Ello no es óbice para que el
conjunto montañoso se mantenga como uno de los más emblemáticos y bellos de
nuestros territorios y para que el simple recuerdo nos colme de la satisfacción
de tantas y tantas sensaciones vividas en estas tierras.
sábado, 28 de noviembre de 2015
HACIA EL LAGO DE BARRANCS
Una vez en Benasque, a orillas
del río Esera, nos dirigimos en coche
hasta el Llano de Estanys para desde allí caminar hasta la Renclusa, el Forau
de Aigualluts, la cascada y el llano del mismo nombre y después con algunos
tramos de nieve llegar hasta el Lago Barrancs que a principios de julio
mantenía helada parte de la superficie.
El lago Barrancs se halla enclavado en una impresionante cubeta glaciar en
la cara norte del Aneto y los Montes Malditos de donde llegan las aguas de
deshielo a este lago y al denominado Valle de Barrancs. Dichas aguas
constituyen un gran espectáculo en la cascada de Aigualluts y en el Forau, sumidero Kárstico éste en el que desaparece la corriente robando
aguas al Esera y dejando en varios trechos cortado su curso debido a los
fenómenos Kársticos. Las aguas que desaparecen en el Forau surgirán a distancia
en el Valle de Arán alimentando así al francés río Garona.
viernes, 27 de noviembre de 2015
CLAUSTRO DE LA CATEDRAL RODA DE ISÁBENA
Hay lugares que te conquistan y
emocionan al primer golpe de vista. Uno de ellos es el pequeño pueblo oscense
de Roda de Isábena, localidad que conocimos por primera vez en un recorrido por
las comarcas del Sobrarbe y la Ribagorza. Habíamos salido de Graus donde
confluyen los ríos Esera e Isábena y queríamos remontar el segundo de los ríos,
llegar hasta Bonansa para después dirigirnos hacia el valle de Benasque y los
Montes Malditos.
Al llegar a la altura de Roda,
presumiblemente la Rota romana, la primera sorpresa fue el llamativo puente románico de un solo ojo de tan bella factura como el que habíamos
contemplado en Capella de varios ojos.
Desde allí podía apreciarse ligeramente Roda de Isábena encaramada sobre un cerro en forma de mesa en el que destacaba
la torre de la catedral porque, aunque pueda parecer extraño, esta población
fue sede episcopal ribagorzana desde mediados del siglo X hasta que en el siglo
XII se estableció en Lérida.
Entrar en Roda nos pareció como
llegar al más hermoso y cuidado lugar que hubiéramos visitado. La fábrica
pétrea era de cuento, tanto en los
edificios nobles como viviendas particulares. Su catedral con cripta, un lujo
para los amantes del arte así como el claustro y todo el conjunto artístico a
pesar de la expoliación que había llevado a cabo el conocido Erik el Belga. Llamativo
nos resultó escuchar el nombre de San Valero, la arqueta con sus restos y la
cripta bajo su advocación.
El claustro, de aspecto rústico en muchos de sus capiteles sin
esculpir, tiene otros de enorme interés
escultórico y diversidad de epígrafes funerarios en el intradós de los arcos
(dicen que el más rico existente en Huesca). En el centro del rectangular
claustro del siglo XII existe un aljibe que recogía las aguas procedentes de
los tejados, cubiertos al estilo de otros norteños con lajas planas.
El claustro, repleto de plantas
bajo los arcos de medio punto, siempre nos resultó motivo fotográfico de primer
orden y un placer pasear por aquella
maravilla artística. De ahí la gran cantidad de diapositivas que en los diferentes viajes realizamos y que
hoy plantea problemas de digitalización.
miércoles, 25 de noviembre de 2015
QUILAMAS Y CASTILLO VIEJO
Hay un dicho popular en la Sierra
de Francia que dice así: “Entre Quil y Quilama hay más oro y plata que en toda
España”. ¿Será cierto? Muchos lo han buscado y no hay constancia de que lo
hayan encontrado.
Tal vez la expresión tenga un
lejano origen y esté relacionada con el final del mundo visigodo, la invasión
musulmana y el Tesoro de Alarico que, según la leyenda, habría llegado hasta
estas tierras con la huída del rey Don Rodrigo y la reina Quilama, la Cava,
hija del Conde Don Julián.
Al margen de la leyenda, la
redondeada cumbre del Castillo Viejo de Valero es uno de los lugares más
sorprendentes de la geografía de las
Quilamas donde la cerca supera los dos kilómetros, donde los restos arqueológicos
previos a Roma y de esta época no dejan indiferentes a los visitantes, donde el
agua brota a raudales y desde donde se obtienen increíbles perspectivas.
Hoy es toda una aventura subir
desde Valero y salvar alrededor de ochocientos metros en pocos kilómetros.
¡Lástima que la senda esté impracticable en bastantes tramos!
http://desdefuentesdeabajo.blogspot.com.es/2014/10/a-traves-de-las-quilamas.html
domingo, 22 de noviembre de 2015
Y LLEGARON LOS DÍAS DE OTOÑO...
Y llegaron los días de otoño, de
luz menguada y noches crecidas, de fin de fiestas y vendimia, de mosto en
lagareta y olor fermentado en cada esquina. Y llegó el equinoccio
que equipara las noches y los días, crecen las sombras, las hojas
palpitan.
Y llegaron los días de otoño de colores
fantasía, rojos, amarillos, ocres, azules celestes, nubes de tormenta, nubes de
cristal, nieblas que fluyen, finas
lloviznas. Días de húmedos verdes de perennes madroños, laureles y encinas, ora tranquilo
tapiz, ora azote de vientos que las ramas rechinan.
Y llegaron los días de otoño de
tardes plácidas, lectura sosegada, paseos por sendas que crepitan, miradas hacia
la gris montaña, esperas de atardecer, imposible retener el arrebol, imposible detener
la vida que declina.
lunes, 16 de noviembre de 2015
¡QUÉ DELICIOSO PASEO!
Hoy os traemos imágenes de un camino que se transitó desde la
Prehistoria tal como nos dice el Padre Morán. Los ciclópeos bloques que lo sostienen fueron arrancados
a la abrupta montaña y hasta la segunda
mitad del siglo XX el firme fue reparado año tras año para impedir
abarrancamientos y facilitar el transporte de los productos del campo con las
bestias de carga. En la actualidad es un bello camino para el disfrute de los
sentidos que pronto será mejor acondicionado para facilitar el paso senderista.
Cuando las sombras de la tarde se
expandían y el sol mortecino alumbraba Tiriñuelo, Risco de la Dehesa y Riscos
de los Pajares, el paseo sosegado entre la perfumada jara, los almeces verdes y
amarillos, alguna garbancera en flor, los llamativos tonos de la cornicabra, los
marcescentes quejigos, los reflejos de los alisos en el agua y el permanente
rumor de la corriente, hemos sentido una vez más el gran valor de la Naturaleza
que nos rodea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)