viernes, 25 de mayo de 2018

MAÑANA DE PRIMAVERA

La tarde- noche se despidió con truenos, rayos y abundante lluvia que como ríos discurría por las calles. La mañana se despertó serena, sin ápice de viento, con olor a humedad, a hierba recientemente  segada, a saúco persistente, a embriagadora madreselva; las vaporosas nieblas navegaban entre Cancho y Castañar mientras el poderoso manto de bajas nubes impedía seguir el curso de la corriente del Alagón y percibir las montañas alejadas. A pocos metros, el rabilargo hurgaba entre la hierba y emprendía ágil vuelo, el ruiseñor cantaba entre la tupida  floresta, el cuco estaba distante y la oropéndola, imperceptible, repetía el canto mil veces escuchado en primavera.


Frente a la magia del lugar, la no menos mágica  belleza del agazapado núcleo en la pendiente que protege el umbroso y  verde Castañar, San Esteban de la Sierra. 











No hay comentarios:

Publicar un comentario