Jornada gris de lluvia suave,
nieblas de altura y tarde de viento.
Amaneció el día con el suelo mojado
y posteriores lloviznas que hacían presagiar una estupenda jornada que paliara
la acusada sequía. Duró poco la alegría del labriego que vio cómo la tarde se
traducía en viento y no llegaba la deseada lluvia.
A estas horas, un día después, con la calma del viento llueve de forma copiosa, corre el agua por las calles, las chimeneas de algunas casas humean, hay olor de
humo y asado y el silencio de un pueblo que
dormita al son de las canales y el agua que se precipita..
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