viernes, 5 de julio de 2013

EL SAÚCO

EL SAÚCO.


Saúco procede del griego, Sabuqué, (flauta, silbato), ya  que con sus ramas podían realizarse tales instrumentos. Pero la diversidad de  usos y propiedades de esta planta la han convertido en mítica para muchos pueblos a lo largo de la Historia.

Año tras año, desde la infancia, hemos contemplado la floración del saúco, ese arbusto-árbol que por una u otra razón siempre nos ha llamado la atención, especialmente por sus pequeñas y densas flores y el agradable olor. Ahora,  cuando está a punto de desaparecer la flor en San Esteban, todavía se mantiene firme en pueblos más elevados, próximos a nuestra localidad entre viviendas, corrales y áreas cercanas a las poblaciones.

 En el medio rural supimos de algunas de sus propiedades  medicinales, en forma de compresas desinfectantes y antiinflamatorias en las heridas de animales, como astringente ocular, como infusión anticatarral…

Con el paso del tiempo hemos sabido de la toxicidad de hojas, corteza y frutos no maduros. También de la utilización de sus flores en países europeos como integrante de infusiones y del uso de sus frutos maduros y hervidos para mermeladas y jarabes…En algunos lugares se realiza vino de saúco que contribuye a reforzar la circulación y es un buen remedio para cólicos intestinales.


Con diferentes variantes el saúco  forma parte de la mitología, lo mistérico y esotérico, de forma especial  en la cultura germánica y nórdica. El mundo germano consideraba esta planta como sagrada  y fue dedicada a la diosa protectora del hogar.  Cortar sus ramas podría ser motivo de desgracia, salvo que se suplicara de manera reiterada en forma de ritual. 

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