lunes, 3 de septiembre de 2018
miércoles, 29 de agosto de 2018
EL TURNO DE GALICIA
Después del Congreso
de San Vicente y Labastida, del 1º Simpósio Ibérico sobre Lagares Rupestres en
Valpaços y tras el I Foro Hispano-Luso de Lagares Rupestres con el “Manifiesto
de San Esteban “(Salamanca), es el turno de Galicia.
sábado, 25 de agosto de 2018
II FORO SOBRE LAGARES RUPESTRES EN GALICIA
España y Portugal crearán una federación para la cultura milenaria de la producción del vino
LUNES 20 DE AGOSTO DE 2018
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La creación de una carta europea para la declaración de Patrimonio Cultural Europeo, la divulgación y el impulso como referentes turísticos y culturales, centrará el II Foro Hispano-Luso de Lagares Rupestres que se celebrará en septiembre

Las localidades gallegas de Verín, Oimbra y Monterrei acogerán los días 7,8 y 9 de septiembre el II Foro Hispano-Luso de Lagares Rupestres, el único evento de estas características que se celebra en España sobre la cultura milenaria de producción de vino en la península ibérica.
El encuentro, que se desarrollará durante el segundo fin de semana de septiembre en la D.O. Monterrei, la región vinícola de Galicia con mayor número de 'lagares', pretende continuar e impulsar el compromiso adquirido a través del Manifiesto de San Esteban de la Sierra (Salamanca) en el que una veintena de especialistas de distintas disciplinas procedentes de diferentes zonas de España y Portugal acordaron la identificación, protección y divulgación de estos hallazgos arqueológicos que datan en muchos casos de más de 2.000 años de antigüedad y que avalan la existencia de la cultura del vino en la península.

Esta segunda edición del foro hispano-luso servirá asimismo como punto de partida para constituir una Federación de Asociaciones en defensa y divulgación de los Lagares Rupestres de todos los países de la cuenca del Mediterráneo, un amplio territorio que cuenta con más de mil ejemplares identificados, un hecho que pone de manifiesto que la producción de vino es culturalmente identitaria de esta área europea.
Así, una de las metas inmediatas de este II Foro Hispano-Luso de Lagares Rupestres es la creación de una Carta Europea de localización de los lagares rupestres existentes en los diferentes países como paso previo a su declaración de Patrimonio Cultural Europeo. Asimismo, en España se potenciará la protección de estos restos arqueológicos para que sean identificados y considerados Bienes de Interés Cultural.
Por último, el foro estudiará las posibilidades de desarrollo de diferentes actividades para impulsar la actividad económica de las localidades y regiones poseedoras de estos bienes como referentes turísticos y culturales.

El evento, promovido por Turismo de Galicia (Xunta de Galicia), estará dirigido por Luis Paadín y cuenta con la colaboración de las diferentes asociaciones de España y Portugal así como con la participación de numerosos arqueólogos, historiadores, antropólogos, enólogos y etnógrafos procedentes de Euskadi, Aragón, Valencia, Extremadura, La Rioja, Castilla León, Andalucía, Galicia y diferentes regiones de Portugal.
¿QUÉ SON LOS LAGARES RUPESTRES?

Los 'Lagares Rupestres' son la historia impresa en piedra que nos habla de los orígenes del cultivo y de la elaboración de vino en la cuenca del Mediterráneo.
Se trata de restos arqueológicos que conformaban antiguas bases de prensas para el aplastado de la uva u otros frutos (aceituna, manzana, zarzamora) excavadas en afloramientos de roca natural
La mayoría de ellos estarían destinados en un principio para la elaboración de vinos blancos o claretes. En algunos se realizaron posteriores adaptaciones para poder elaborar vinos tintos. También podrían ser empleados para la obtención grasas vegetales o animales.
Los más de mil lagares, de los que los expertos firmantes del Manifiesto de San Esteban tienen constancia a lo largo de Portugal y España, además de los centenares estudiados en Italia y otros países de la cuenca mediterránea, se encuentran en zonas donde la altitud, orografía y clima son propicios para el cultivo de la vid. Muchos de ellos están situados en los actuales lindes de viñas. Los hay localizados a 25m de altitud, hasta más de 800m de altitud.
La mayoría de ellos datan de más de dos mil años de antigüedad, de la Edad de Hierro y Época Roma llegando su uso, en alguno de ellos, hasta épocas recientes. Los más primigenios datarían de finales de la Edad de Bronce.
domingo, 15 de julio de 2018
EL CASTAÑAR
Cobijado bajo el Castañar, San
Esteban de la Sierra tiene en este monte uno de los cuatro bastiones que contornean la localidad; ninguno supera
los mil metros sobre el nivel del mar pero todos se yerguen varios cientos de
metros por encima del Alagón y caserío serrano con orografía de acentuadas
pendientes pizarrosas en Castañar y Cancho, graníticas en Tiriñuelo y de duro
cuarzo en los Riscos de los Pajares.
Si Cancho y Tiriñuelo son de
cálida orientación, los Riscos palpan las nieves y los fríos del norte, el
Castañar es la umbría gris, verde y dorada del bosque atlántico que cambia su veste
con las estaciones. Es paisaje de perfumada tierra, de flor de durillo, flor de
candela, hoja seca que crepita y húmeda floresta; de resinosos alóctonos olores...,
bosque de verdes lanzas que coronan la senil forma de la montaña.
miércoles, 11 de julio de 2018
GIRANDO CON CARLOS CANO
Mientras caía la tarde, las
primeras luces se encendían y las múltiples cigüeñas de la ciudad ocupaban
pináculos y cresterías bajo cielo gris, el teatro Juan del Encina concentraba ayer numeroso
público en el concierto tributo a Carlos
Cano que durante dos horas deleitó a
los asistentes, ajenos al bullicio urbano que de madrugada aún ocupaba suelo y terrazas de la siempre concurrida Plaza Mayor.
Una más e interesante actividad con motivo del octavo centenario de la Universidad de Salamanca.
Texto explicativo de la Asociación Memoria de Carlos Cano.
Fotos de interior cedidas por Pedro Luis Martín Montero.
viernes, 29 de junio de 2018
PAISAJE
Cuando tenemos ante nosotros un
paisaje, sea una dilatada panorámica o una limitada escena, cada persona
reaccionamos de forma diferente. A veces simplemente miramos, otras
contemplamos, observamos detenidamente, estudiamos, sentimos… No todos tenemos
la misma capacidad de percepción, el mismo conocimiento de los elementos que
conforman el paisaje, la misma sensibilidad ante aquello que nos rodea.
González Bernáldez en su libro Ecología y Paisaje llamaba la atención
sobre fenosistema, lo fácilmente perceptible y, criptosistema, lo escondido que
requiere el conocimiento de indicadores, como dos formas de acercarse al
paisaje que pueden ser perfectamente complementarias. Insistía en los diversos
capítulos del libro en la percepción, en paisaje e historia, en la estética, en los paisajes preferentes, en la educación medioambiental…
No hay duda que a mayor
conocimiento, mayor capacidad de interpretación y posiblemente de valoración
estética o emocional. Pero no siempre sucede así. Hay quienes son capaces de leer
científicamente el paisaje, verlo como un todo funcional y sin embargo son
incapaces de sentir emoción ante los
pequeños detalles que, personas sin
bagaje científico perciben como algo bello, provocador de grandes emociones.
Cuántas
veces hemos visto el rostro de sorpresa y satisfacción ante una formación
rocosa, flores, arbustos o árboles, ante el verdor primaveral, los rojos, ocres y amarillos de
otoño, la nieve, el agua, ante la brisa de una mañana de primavera e incluso
ante la neblina, la lluvia fina o la surgencia que sacia la sed del caminante,
porque en definitiva cualquier elemento físico es un ingrediente del paisaje
que puede manifestarse o no en un
momento determinado introduciendo matices sensoriales que impacten al
perceptor. Por otro lado, cuántas veces
hemos escuchado “me quedaría horas
contemplando esta roca, este árbol, oliendo esta flor, mirando el discurrir de
las aguas, admirando el vuelo ágil de las rapaces, el azul del cielo o el mar,
las envolventes nubes de la cumbre, el grandioso panorama ante mis ojos…”
La sorpresa y emoción no solamente llega a través del paisaje natural; el
paisaje humanizado, enquistado en el natural, suscita preguntas, cautiva por su
utilidad pasada o presente, belleza o singularidad.¿ Quién no es sensible ante
la reciedumbre y hermosa factura de un
viejo puente, de una antigua calzada o
camino de herradura empedrado, una muralla o castillo aislado en medio
de la nada, un románico rural,
excavaciones rupestres entre enmarañados territorios abandonados a su
suerte, las ruinas de urbes hace siglos olvidadas en medio de las dehesas, los seculares bancales que escalonan áreas de montaña, los mil elementos antrópicos
que encuentras en el camino…?
A veces, es tal la belleza del
paisaje, es tanto lo que transmite, tanto lo que recuerda y sugiere…, tal la irradiante
fuerza y felicidad, que te embriaga. Es el
símil de una caricia, de un hermoso gesto o palabra amable, de esa sonrisa que inunda el alma.
Paisaje natural o antrópico es
fuente de reflexión, interpretación, inspiración, conocimiento, disfrute de los sentidos, salud del espíritu
que busca en la naturaleza y la historia un sentido a la existencia; es
auténtica filosofía de la vida.
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