miércoles, 4 de noviembre de 2020
sábado, 31 de octubre de 2020
DESDE SIERRA MAYOR
Es mañana templada de otoño que de ligeras
brumas cubre infinitos horizontes.
A un lado de Sierra Mayor se abre
el profundo abismo por donde discurre el Quilama, se suceden las redondeces de vieja geología entre los insondables surcos de la Sierra de Francia, la
penetrante fosa del Alagón y la lejana divisoria de Tras la Sierra entre el Jerte y el Ambroz.
Al otro lado de la Sierra, una
mancha inmensa de caducifolias en ladera se funde con las quercíneas de hojas
perennes y marcescentes que se prolongan por el peniplano hasta la Sierra
Menor, divisoria de cuencas fluviales y diferentes condiciones ambientales.
domingo, 25 de octubre de 2020
ANTIGUA BODEGA
Visitando la antigua bodega de un amigo, además de añejo vino, nos encontramos con algunas curiosidades: interesantes carteles, albarcas de esparto, cepos que jamás utilizó, cántaros de latón, manijas de siega, aros de madera para las primitivas cubas...
domingo, 18 de octubre de 2020
SINGULAR LAGAR RUPESTRE
Estamos ante un tipo de lagar en
el que el hombre se ha aprovechado de lo que la naturaleza rocosa le ofrecía.
En este caso, la concavidad natural.
Entre la diversidad de formas,
tamaño, roca de excavación, mayor o menor complejidad, hallamos algunos lagares
en los que la intervención humana se ha limitado a excavar un surco por el que
fluyera el mosto realizando un rebaje en el mismo en el cual insertar probablemente
la corteza de un árbol para dirigir el líquido a un recipiente. Es lo que
pensamos tras contemplar varios lagares de características similares con escaso
trabajo humano y cuyo rebaje en el canal coincide con el existente en muchos
lagares de un seno bastante más elaborados.
En aproximadamente medio kilómetro cuadrado nos encontramos con tres lagares que ofrecen mucha similitud en el aprovechamiento de la roca de granito. ¿Podrían ser los más primitivos o los de familias con menos medios?
DIFERENTES CARAS DE LA ROCA.
La concavidad tiene tres metros treinta por tres treinta.
lunes, 12 de octubre de 2020
DE SORPRESA EN SORPRESA.
La agradable tarde de otoño había
deparado gratificantes sorpresas. Avanzaban las horas y se imponía el retorno a
pie hasta la pista donde estaba aparcado el coche. Como la suerte y la
intuición a veces se alían, al unísono que el sol seguía su curso, surgió un
nuevo hallazgo. No sería el último antes de que declinara el día.
Visualizado un conjunto rocoso
prominente, llamaba la atención la peña caballera en difícil equilibrio. Tomando imágenes de la
singularidad granítica, la percepción de un pequeño orificio en la parte superior
fue el móvil, pista e inclinación para subir al peñasco. Lo intuido se
convertía en admirable realidad. En lo alto, un lagar rupestre, sorprendente
por ubicación teniendo en cuenta la situación de otros muchos y la abundancia
de lanchones graníticos a nivel de suelo donde poder excavar.
Aquel promontorio, visualizador
de hermosas perspectivas, planteaba numerosos interrogantes, la labra en altura, el
acceso, los pequeños pasos labrados, las oquedades, unas naturales y otras de
intervención humana… ¿Qué razones tuvo el hombre para elegir y tallar semejante
lugar? ¿Fueron móviles nacidos del alma, de las sagradas creencias, de la
contemplación, de una ocultación económica…? Nunca sabremos los motivos reales
aunque nos preguntemos una y mil veces acerca de ello y nos sintamos perplejos
ante el quehacer humano del pasado.
Junto al peñasco de facies
diversas, vertical, diaclasado, con accesible pendiente, una tumba
semienterrada.
En el camino de vuelta, tres nuevos lagares
rupestres, dos de una cavidad y otro con calcatorium y lacus.