lunes, 6 de noviembre de 2017
lunes, 9 de octubre de 2017
POR TIERRAS DE GREDOS.
¡Cuántas veces he mirado la
egregia montaña, los aserrados granitos de las cumbres, las laceradas rocas
grises y desnudas o vestidas por el
inmaculado ropaje blanco!
¡Cuántas veces he mirado desde
este balcón, cuántas lo he recordado con viento, nivosa ventisca, sol de la
mañana o vespertino, quietud y silencio!
Ahora contemplo las nítidas y
escarpadas laderas de verde y gris, de rocas que parecen desprenderse de la
madre cordillera, de pinos que bate el viento, de pobres escobones y punzantes
piornos. Miro hacia las hermosas Herrerías por donde culebrea la calzada otrora
transitada por legiones, por arrieros de las Cinco Villas, por las avileñas que
trashuman, por los senderistas que cruzan las montañas… Abajo Cuevas del Valle,
agazapado entre el verde de los cultivos y resinosas plantas, expuesto al
cálido sur y resguardado por los altos roquedales de los aquilónicos vientos.
Sobrecogedor mirador, con fondo de bruma, azulada lámina de agua y ordenadas
nubes, telón de fondo.
Desciendo con cautela hacia el
enorme barranco por donde discurren mermadas las aguas que afluyen hacia el
Tiétar a través del Ramacastañas. Entre bolos y lajas berroqueñas los enebros
sobreviven míseres de agua y tierra, más grisáceos de lo normal por la acusada
sequía. Los rojos tejados destacan entre la fronda de pinares y los cultivos
escalonados del soleado conjunto de Cuevas del Valle.
Sin descanso, la vía desciende
más y más hasta la villa de Mombeltrán donde el castillo emerge como señor
dominante de tierras y hombres. ¡Qué bella perspectiva desde el pequeño jardín
con palmeras y las muelas de almazara con el azulado cielo como fondo del
cuadro!
La carretera se dirige hacia
Ramacastañas, cruce de caminos y famoso por las Cuevas del Águila aunque el
gran público las conozca más como Cuevas de Arenas de San Pedro. En poco más de
veinte kilómetros hemos salvado cerca de mil metros, siempre entre la verde
fronda del dominante pinar que ha sustituido de forma gradual a los antaño
estupendos cultivos aterrazados y bosques autóctonos.
¡Qué emoción de nuevo volver a
sentir la preciosa comarca de pueblos en la vía principal, de colgados núcleos
de ladera, de la extensa selva que trepa por las cuestas, del
suave clima de influencia sureña, de ese valle fondo de saco que se abre hacia el Tiétar; de
la historia de esos hombres trajinantes, siempre en vela; de ese paisaje
luminoso que salvando las distancias tanto se parece a nuestra tierra!
Nunca me canso de mirar, nunca de
sentir, nunca de volver una y mil veces al mismo lugar. Éstas son las Cinco
Villas, las Herrerías de Ávila, las tierras al sur de Gredos, preludio de
la Andalucía de Ávila.
jueves, 29 de junio de 2017
LA EXPOSICIÓN DE MIQUEL BARCELÓ NO TE DEJARÁ INDIFERENTE (II)
Si la obra expuesta en la Plaza
Mayor y patios universitarios no pudo encontrar mejor marco, los numerosos
cuadros y cerámicas ubicados en Fonseca y sala de exposiciones del Patio
Escuelas Menores tienen en su interior los más espléndidos y bellos escenarios
donde el espectador pueda recrearse y
admirar el arte de Barceló.
Cuando contemplas tan magnífica
exposición por primera vez te impresionas de tal forma que decides volver y
emplear más tiempo aún en visualizar y gozar de arte tan genuino. No sabes qué
es lo que más te sorprende, si la majestuosidad, las formas, el colorido, la
imaginación del artista, las técnicas utilizadas, los materiales empleados, la búsqueda de originalidad, el enorme trabajo
que hay tras cada una de las piezas…
Como dice el crítico John Yau, a
Barceló “Le preocupa la materia y la luz, por eso crea esculturas y pinturas
que son a la vez viscerales y ópticas, sin privilegiar lo uno sobre lo otro. La
síntesis que hace de estas características tan diferentes dota a su obra de una
cautivadora dimensionalidad. Sin duda, ningún otro artista de su generación ha
utilizado un abanico tan grande de
materiales ni tampoco los ha empleado de maneras tan infinitamente
variadas”.
martes, 20 de junio de 2017
LA EXPOSICIÓN DE MIQUEL BARCELÓ NO TE DEJARÁ INDIFERENTE(I)
Con motivo del VIII Centenario de
la Universidad de Salamanca, la ciudad acoge hasta el uno de octubre del dos
mil diecisiete alrededor de ochenta obras de Miquel Barceló, El Arca de Noé, escultura, pintura,
cerámica…, en exteriores, patios, salas de exposiciones y capilla del Colegio
Arzobispo Fonseca.
El Gran Elefante, obra de
envergadura que se apoya directamente sobre la trompa guardando un difícil
equilibrio se expone en la Plaza Mayor. Es obra del año dos mil ocho con innovaciones respecto a obra
previa. Tal como explica Enrique Juncosa, “parece ironizar sobre el concepto de
escultura pública” al igual que la obra enclavada en el Patio del Colegio de
San Bartolomé o de Anaya.
El Patio Neoclásico de Anaya que exhibe la obra titulada Le Grand Écouter,
realizada en el año dos mil quince, se compone de cerámicas de gran tamaño de formas
chafadas que los expertos comparan a las de los relojes blandos de Dalí. En
este caso, es la utilización de poliuretano y otros materiales ligeros lo que
le proporciona mayor liviandad.
Por su parte en el Patio de Escuelas Menores,
las cerillas apagadas, realizadas en bronce, hablan sobre lo transitorio de
todo. Es la obra titulada 14 Allumettes hecha
en dos mil quince que cuenta con precedentes en la obra pictórica de Miquel
Barceló.
En los bellos marcos artísticos
de la ciudad de Salamanca, Gótico, Barroco, Neoclásico… se han integrado piezas
de gran calibre que como ya sucediera con la obra de Rodin en el año dos mil
dos son un reclamo turístico de primer nivel para la ciudad bañada de luz y
piedra, blanca y azul, ocre, dorada y rodena,
sostén de espirituales torres que compiten por alcanzar el cielo.
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